La cuenta regresiva de primarias



Por Paula Walker, profesora Escuela de Periodismo Usach

Para la campaña presidencial de 2013, recuerdo a la expresidenta Bachelet cuestionándose permanentemente sobre el propósito de volver a ser candidata, reflexionando el para qué ella emprendería una campaña que la llevaría a ser por segunda vez Presidenta. Ese es el tipo de cuestionamientos que están a la base de cualquier líder o lideresa que busca ser Presidente. Fue lo que vimos en la primaria del fin de semana y debería ser la pregunta central de las candidaturas que aún deben definirse. ¿Para qué estoy haciendo lo que hago? ¿De qué manera doy señales de mis propósitos y del proyecto colectivo que encabezo?

El contexto nacional ha cambiado mucho desde esa candidatura de 2013. En unos pocos meses -tras el estallido social- se precipitaron los cambios que durante 30 años se exigieron y no se hicieron por distintas razones: no había presupuesto, no se podía incomodar a ciertos sectores, la iglesia tenía mucho poder, los senadores designados por la dictadura se oponían, la derecha no estaba de acuerdo o el clásico sobre “una sociedad que no estaba lista para el divorcio, el matrimonio igualitario o cambiar la Constitución”. Los sectores conservadores, que estuvieron una y otra vez en el Poder Ejecutivo y Legislativo durante estos años, estiraron el chicle hasta que se cortó. En unos cuantos meses las cosas se movieron mucho más que en los últimos años, y el poder se distribuyó también con la Convención Constituyente paritaria, diversa, independiente y representativa.

La elección de Boric y Sichel es una muestra clara de los cambios. Ambos comandos llevaron sus campañas comprendiendo cómo se lidera a su sector en el Chile actual. Los contenidos de sus relatos, el diseño político, el tipo de liderazgos, la comunicación con sus votantes o cómo sortear la contingencia, le hablaban a personas que los percibían según sus intereses, esperanzas o miedos. Los dos parecían pasarla bien en sus campañas, se les veía contentos.

¿Qué debe hacer el sector político de la centroizquierda que ahora le toca tomar una decisión sobre competir? Las fórmulas no son infinitas, tampoco la paciencia de la opinión pública y de sus seguidores. Los liderazgos del sector cargan con la historia de sus respectivos partidos y el desempeño que tuvieron mientras ejercieron el poder. Cargan con la cuenta de la transición y los hechos que muestran a quiénes privilegiaron a la hora de escuchar, a quiénes censuraron, con quiénes se aliaron o cuánto y de qué manera promovieron la participación y el empoderamiento de las comunidades y territorios.

En este Chile con poder constituyente sesionando a diario, con temas profundos y centrales para nuestra convivencia, no hay espacios para eufemismos, verdades a medias o intrigas electorales. Se buscan liderazgos cuyo interés son las y los ciudadanos, que muestren solidaridad si compiten como un conglomerado o valentía y compromiso con la renovación de sus partidos si deciden ir directo a primera vuelta. Seguir igual, con los mismos de siempre, no parece ser la fórmula correcta.

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