La fuerte apuesta del mercado contra Chile

Dólar extiende su escalada, queda a $7 de su máximo histórico y eleva la presión sobre la inflación en Chile


Pese a las auspiciosas cifras de recuperación de la actividad que muestra la economía, es evidente que, en paralelo, Chile se está sumiendo en una espiral de incertidumbre muy alta, algo que se refleja en una serie de indicadores que dan cuenta de una situación impensada hace unos años, como es el hecho de que el mercado está apostando contra Chile.

Las señales al respecto son claras, partiendo por el dólar que lleva ya largo tiempo muy por sobre lo que se podría considerar su precio de equilibrio, dejando así al peso chileno como una de las monedas que más valor ha perdido en el mundo. Con esto, el tipo de cambio real cerró septiembre en su punto más alto en los últimos 30 años.

Al respecto, existe evidencia concreta de que lo anterior está sucediendo, en gran medida, porque una parte de la población está sacando sus activos fuera del país. “Las salidas de capital han aumentado en forma significativa desde el comienzo de la crisis del Covid, pero especialmente en este año”, advirtió con preocupación el presidente del Banco Central, hace unos días. Un ejemplo concreto de ello es el explosivo aumento de cuentas corrientes en moneda extranjera que se viene constatando desde fines del 2019. Nunca desde que se tiene registros han existido tantos ciudadanos con cuentas en dólares u otras monedas.

También ha llamado poderosamente la atención los históricos repartos de dividendos de las grandes empresas chilenas, las cuales están entregando a sus accionistas hasta el 100% de las utilidades. Se estima que, a la fecha, el monto supera los US$12 mil millones, lo que duplica la cantidad repartida el año pasado. Y si bien no se conoce el destino final que tendrán esos recursos, no es descartable que una parte importante termine en el extranjero. Independiente de aquello, el mensaje es claro: los accionistas están optando por sacar su capital de las empresas en vez de invertirlo en ellas, lo que constituye otra señal inquietante respecto de lo que se puede esperar para el futuro.

El reflejo de todo esto es que el valor de los activos nacionales está siendo castigado en forma inédita. Así, por ejemplo, los precios de las acciones en la bolsa local alcanzaron su nivel más bajo desde el año 2008, cuando se desató la crisis financiera global. No debe sorprender que los analistas sean enfáticos en señalar que hay escaso interés por invertir en acciones locales. En línea con esa tendencia, las AFP cerraron septiembre con el 54% de sus inversiones en activos fuera del país, lo que además de marcar su máximo histórico y séptimo mes consecutivo de avance, presiona también el tipo de cambio.

Es indispensable interrogarse cómo el país pudo llegar a un escenario como este. Desde hace un tiempo Chile parece estar empeñado en apostar a políticas contrarias al mercado, y como todo parece indicar que aquello no cambiará, los inversionistas entendieron el mensaje. Lo dijo claramente el economista jefe para la región de Goldman Sachs: “La gente está mirando a Chile con preocupación. Ha ido cambiando la tesis de que era un país que se diferenciaba positivamente del resto de América Latina. Hoy lo que vemos es que se está desviando hacia un modelo más intervencionista y potencialmente más populista”. Es una opinión que se repite insistentemente en otros observadores de la realidad local.

En esto, las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias aportan muy poco para efectos de reducir el nivel de incertidumbre. A juzgar por el tenor de los debates, así como la amplitud de las propuestas, queda claro que el país tiene demasiados temas abiertos, desde la Constitución hasta la existencia de las AFP o la revisión de los tratados comerciales, solo por mencionar algunos aspectos.

En paralelo, la coyuntura económica también aporta ruido e intranquilidad. La histórica alza de tasas de interés que esta semana aplicó el Banco Central -la mayor en 20 años- habla de los profundos desequilibrios macroeconómicos que tiene el país. Y no existe certeza de que exista capacidad o voluntad política para corregir aquello, toda vez que, pese a todo, se está ad portas de un cuarto retiro de fondos desde las AFP.

Más allá de las preferencias políticas, las reglas del mercado son claras. En un mundo global, los inversionistas -locales y extranjeros- optan por ir donde hay incentivos hacia la iniciativa privada y reglas claras. De no ser así, sencillamente se retirarán. Esto, que se puede constatar en distintos lugares de América Latina, hoy le está sucediendo a Chile. Y es claro que los países donde el mercado apuesta en contra de ellos, son los que menos desarrollo alcanzan.

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