La tregua de Navidad que no fue

SEÑOR DIRECTOR:
En diciembre de 1914, cuando solo llevaban algunos meses rugiendo las bombas y balas de la Primera Guerra Mundial, en el frente occidental, soldados alemanes pusieron árboles con luces en las trincheras. Llamaban a una “tregua” a sus enemigos aliados. Entre cadáveres y heridos, muerte y dolor, espontáneamente, la batalla se detuvo. Fue la llamada “Tregua de Navidad”.
Hace unos días, para sorpresa del mundo, Vladimir Putin llamó a ucranianos a una tregua por la Navidad ortodoxa. La propuesta provenía del patriarca de dicha Iglesia, que solicitaba que la guerra parara entre el 6 y 7 de enero, a casi un año de su inicio. Desde un primer momento, a diferencia de 1914, la invitación fue tomada con recelo y desconfianza, estimando que era una nueva trampa de Putin para solo “tomar aire” y ganar tiempo en la “operación militar especial” -como él le llama-, que cada vez se le hace más cuesta arriba.
Finalmente, no hubo tal tregua. Ni el Año Nuevo ni la Navidad ortodoxa fueron días tranquilos. Cientos de misiles llovieron hasta en la capital, Kiev. Los ataques y las muertes continúan. Sin tregua, sin paz.
Paulina Astroza Suárez
Directora Programa de Estudios Europeos UdeC
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