SEÑOR DIRECTOR:

Enfrentamos el inicio de año con desafíos importantes, como los proyectos de ley en trámite, una reforma tributaria que avanza hacia la justicia en esta materia y una reforma previsional que tiende a reparar el daño sufrido por generaciones producto de un sistema que lo único que no garantizó fue la seguridad social. Y otros desafíos de gran importancia para nuestros compatriotas, donde debemos hacer un esfuerzo como sociedad, como son la seguridad y la crisis de viviendas.

Pero hay uno que es trascendental: la nueva Constitución. Este, en particular, es el que debe motivar la unidad de las fuerzas progresistas. Tenemos la oportunidad de establecer un verdadero pacto social.

Debatir qué Chile queremos; un Chile que hemos imaginado y dibujado, a trazos y con borrones, a lo largo de los años desde que recuperamos la democracia.

La Constitución futura debe ser el inicio de una nueva forma de relacionarnos como ciudadanos y también políticamente. El respeto, el diálogo y el consenso pueden hacer la diferencia.

Proyectos que sean de Estado y no solo de un gobierno, nos darán la posibilidad de cumplir con las expectativas de chilenos y chilenas que ya no confían en la política. Debemos cambiar aquello por propuestas, soluciones y certezas.

La nueva Constitución debe dejar de ser una quimera. Tampoco es la solución a todo. Pero ha de ser el principio de una nueva forma de relacionarnos; de construir en conjunto un mejor país, para todos y todas.

Para el progresismo, además, es un imperativo enfrentar movimientos populistas y reaccionarios.

Efectivamente, la unidad hace la fuerza. Y esa fuerza hoy es necesaria para hacer posible la nueva Constitución y empezar a materializar la justicia social, tan largamente añorada, para que Chile logre ser la copia feliz del Edén.

Paulina Vodanovic

Presidenta del Partido Socialista