La verdadera discusión en materia de pensiones

CMF ratifica inicio de pago del retiro del 10% y estima que este viernes se harán alrededor de 1 millón de transferencias



Por Gabriela Clivio, economista y founding member de CFA Society Chile

A tres meses de haberse aprobado el primer retiro del 10% de los fondos de pensiones, se aprobó ayer en la Cámara de Diputados un segundo retiro del ahorro obligatorio acumulado en la cuenta individual en las AFP. El proyecto es en esencia el mismo que ya fue aprobado en julio -en plena pandemia-, y se rechazó la indicación del pago del impuesto a la renta de acuerdo a la tasa del contribuyente que retire.

Lo menos que puede decirse de esta medida es que no se justifica. Por un lado, la economía, tal como lo ha dejado en evidencia el Imacec del mes de septiembre y la inflación del mes de octubre, está mostrando señales de reactivación y, por otro, luego del primer retiro ya hay casi dos millones de personas que no tienen saldos en sus cuentas (se espera que luego de este segundo retiro queden 4 millones de personas sin ahorro para financiar su vejez). De todas formas, si la idea del primer retiro era probar que efectivamente los fondos se encontraban en las cuentas de capitalización individual, ese objetivo ya fue logrado.

En momentos en que resulta cada vez más necesario y urgente realizar una reforma al sistema de pensiones, la realidad es que estas discusiones sobre nuevos retiros le quitan la urgencia al verdadero problema: las bajas pensiones, cuya causa no es en lo absoluto la mala rentabilidad que han otorgado las AFP desde sus inicios, sino entre otros la baja educación financiera de los afiliados, la desconexión de los mensajes destinadosa los mismos en un idioma que nadie entiende y sobre todo la baja tasa de cotización que nunca ha sido modificada.

Para agregar una complejidad adicional, en el año 2020, los problemas de seguridad financiera durante la jubilación se han visto aún más acentuados para las personas como consecuencia del Covid-19, y hacia adelante, en materia de inversiones, el escenario actual de bajísimas tasas de interés deja un amargo sabor de boca si pensamos en rentabilidad para los montos ahorrados.

Es verdaderamente impostergable dejar el ego de lado, ser creativos y mirar qué es lo que ha resultado en otros mercados o países en materias de prácticas para lograr el fin último que no es otro que las buenas pensiones para los jubilados. El tema de la capitalización versus el reparto lo dejo de lado en este análisis, ya que los países que operan bajo un sistema de reparto se encuentran en una situación aún más complicada.

Hoy -y siempre- la discusión de fondo debiera centrarse en cómo mejorar las pensiones y no en seguir disminuyendo el fondo acumulado que a la larga -en lenguaje de fútbol para que sea claro de entender- es un autogol. ¿Qué hay que hacer para lograr mejores pensiones? Aumentar la cobertura de los empleados y los independientes, promover una mayor participación en la fuerza laboral de personas de más edad, aumentar la edad de pensión y sobre todo fomentar niveles de ahorro más alto.

En Chile, quizás ha llegado el momento de repensar o eliminar el artículo que se refiere a la rentabilidad mínima y de acuerdo al cual si los fondos de pensiones administrados por una AFP obtienen una rentabilidad que se distancia muy por debajo del promedio de la rentabilidad que obtienen los mismos fondos administrados por sus competidores, la administradora que generó menos rentabilidad para sus afiliados debe compensarlos por la diferencia.

Esta disposición que sigue vigente ha llevado a que, en la realidad, las AFP se copien las carteras de inversión, dejando de lado la búsqueda de la mejor alternativa de inversión para el afiliado, convirtiéndose de esta manera en guardianes de la “rentabilidad mínima”. Así,  ninguna AFP busca maximizar la rentabilidad ajustada por riesgo y las mejores alternativas para los afiliados, sino que persigue no caer bajo la rentabilidad mínima protegiendo los intereses de las administradoras. De esta manera, lo que fue pensado como un mecanismo de protección se ha convertido en una camisa de fuerza.

Hasta ahora, los únicos dos avances en materia de administración de fondos de pensiones fueron: permitir a las AFP invertir fuera de Chile -y así diversificar el riesgo de sus carteras- y el lanzamiento de los multifondos -que lamentablemente poca gente entendió. Quizás llegó la hora de dejar de lado el peor incentivo de todos: “dejar de buscar no ser peor que los otros” y pensar en cómo ser verdaderamente “mejores para los afiliados”.

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