Los juegos: un orgullo

SEÑOR DIRECTOR:
La extraordinaria y exitosa puesta en escena de los Juegos Panamericanos nos ha llenado de orgullo a todos los chilenos. La organización fue impecable y la actitud del público fue apoyadora con los atletas locales y cariñosa con los extranjeros. Conocimos el esfuerzo de deportistas de los que solo sabíamos sus marcas, pero no sus invaluables historias.
Chile había olvidado lo que es el orgullo de sí mismo, de sus instituciones y sus obras. Nos hemos cuestionado tanto, que habíamos dejado de lado muchas de las cosas buenas que tiene nuestro país, su capacidad organizativa y la calidad humana de su gente.
Tuve suerte de asistir al Rugby 7 en La Pintana. Fui con un legítimo temor fundado en la estigmatización de dicha comuna. Sin embargo, la organización, la seguridad, las instalaciones y la actitud del público, que más allá del apoyo emocionante a los locales, aplaudió a las visitas sin discriminación. De paso, el rol de una alcaldesa honesta y trabajadora se percibe de manera patente.
Felicitaciones al Comité Organizador, a todos los que trabajaron remunerada o voluntariamente en el evento, a Carabineros, deportistas, público y autoridades, por devolvernos algo del orgullo de ser chilenos.
Alejandro Sifri
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