¿Un mal menor o un bien mayor?



Señor director:

¿Qué diría si se entera que afuera de su casa van a construir un edificio de viviendas sociales? Le aseguro que lo primero sería preguntase por qué a mí, y no por qué no a mí. ¿Será que el modelo de desarrollo junto con la salud, la educación, el transporte y movilidad, también ha privatizado nuestra humanidad?

El crecimiento de la ciudad ha dejado poco terreno disponible para la construcción de vivienda social, la que principalmente se construye en suelo barato, alejado de la ciudad. Las cifras nos muestran que los campamentos se han incrementado en Santiago, y son un reflejo de que la vivienda informal es una alternativa en la búsqueda de mejor localización.

El alcalde Lavín ha garantizado la construcción de vivienda de buena calidad y con fuerte presencia municipal en la administración. Entonces ¿cuál es el argumento efectivo para la no construcción de vivienda? El colapso de las calles es propio de la densificación que pudiese darse , y el argumento de las plusvalías es relativo, en función de que sigue existiendo presión por el acceso a la localización. Por ende, la protesta responde más bien a diferencias sociales y culturales. ¿Cómo gestionarlas?

La municipalidad puede tener un rol clave en ello, mediante el dictamen de ordenanzas que regulen la convivencia y que permitan gestionar los diferentes conflictos vecinales. También debe comunicar y dar a conocer quienes habitarán en el condominio para reducir la incertidumbre. Lo que no puede suceder es que el condominio no se construya, ya que todos tenemos derecho a habitar en una buena localización al interior de la ciudad.

Paulette Landon

Decana Facultad de Ciencias Sociales

María Paz Trebilcock

Directora Departamento Sociología

Universidad Alberto Hurtado

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