Maratón constituyente

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Foto: AgenciaUno


SEÑOR DIRECTOR

En aquella madrugada del 15 de noviembre de 2019, cuando se alcanzó el "Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución", uno de los puntos acordados fue que "el plazo de funcionamiento del órgano constituyente será de hasta nueve meses, prorrogable una sola vez por tres meses", cláusula que luego fue plasmada en el artículo 137 de nuestra Constitución Política de la República.

Por lo anterior, de inmediato nos surgió la interrogante de si, en caso de aprobarse la voluntarista idea de una nueva Constitución, nueve meses serán suficientes para que la convención redacte y apruebe un texto constitucional partiendo de una "hoja en blanco", es decir, desde cero.

Es conviene recordar que la principal reforma que ha tenido nuestra Constitución en democracia, es decir, la de 2005 bajo el gobierno del Presidente Lagos, tuvo un tiempo de tramitación de cerca de cinco años. A su vez, la Constitución de 1980 tardó siete años en materializarse.

Expuestos esos datos objetivos, fluye que el invento hecho previo al amanecer del 15 de noviembre representa un proyecto de maratón constituyente, careciendo de razonabilidad creer que en nueve meses se podría seriamente estudiar, consensuar, redactar y aprobar el principal cuerpo normativo de un Estado.

Quizá los nueve meses corresponden al modesto ejercicio intelectual que los políticos hicieron de estimar que todo debía "quedar listo" antes del gobierno que comienza en 2022, pero sea cual fuere la explicación de ese exiguo plazo, contraviene el sentido común.

Rodrigo Vera Lama

Abogado penalista

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