No hay recetas mágicas

perseverancia perseverar


SEÑOR DIRECTOR:

Se siguen sumando datos complejos a la ya alicaída situación económica y crispado escenario político que atraviesa nuestro país. El nulo crecimiento del Imacec de septiembre y, con ello, la ratificación que el país no logrará crecer este año por arriba de 2,5% era una realidad que venía siendo anunciada hace varios meses por los principales organismos internacionales y economistas de la plaza.

Chile está cerca del estancamiento, y no por un mes puntual. En Clapes UC medimos la incertidumbre económica y en octubre detectamos que aumentó por tercer mes consecutivo, ubicándose en el segundo nivel más alto del año.

¿La razón? El frente interno es la principal fuente de inestabilidad. Entonces, más que vivir en la decepción hay que ocuparse, porque sin crecimiento los países no prosperan y los beneficios que trae una economía vigorosa a la población se esfuman.

Insertos hoy en plena discusión presupuestaria y dada esta magra realidad, por ejemplo, ¿tendremos en 2025 los suficientes ingresos para mejorar la infraestructura en salud y terminar con las listas de espera? Todo indica que no, porque la situación fiscal viene también mostrando un fuerte deterioro.

En 2008 la deuda pública neta era de -US$29 mil millones: el Estado era acreedor neto en casi 20% del PIB. Desde 2016 somos deudores netos. El Fondo de Estabilización Económica y Social llegó a acumular US$20 mil millones en 2008. Hoy tenemos sólo US$3.700 millones y es probable que se siga ocupando para financiar un déficit que en 2024 superaría la proyección oficial de 2% del PIB. Hay que cerrar el déficit y estabilizar la deuda pública por debajo del 45% del PIB. Para ello es necesario que las metas fiscales se cumplan, especialmente en años en que la economía no está sujeta a shocks externos ni internos.

Clave es continuar fortaleciendo las instituciones fiscales, con énfasis en el Consejo Fiscal Autónomo, porque las sobreestimaciones de ingresos son una fuente de incumplimiento de las metas fiscales, tal como pasó este año. Se debería crear una Comisión (similar a la Comisión Corbo) con técnicos locales, extranjeros y del CFA, que revise las metodologías y que haga propuestas para mejorar y hacer más transparente la proyección de ingresos.

Mientras tanto, para lograr un equilibrio entre futuras presiones de gasto público sin poner en riesgo el cumplimiento de las metas fiscales y sin abrir nuevos focos de incertidumbre tributaria, en el presupuesto 2025 no deberían comprometerse gastos sin asegurarse de contar con los ingresos necesarios.

No hay recetas mágicas, es urgente elevar la capacidad de crecimiento de la economía y mejorar la eficiencia en el uso de los recursos públicos.

Felipe Larraín B.

Director Clapes UC y profesor titular Economía UC