Objeción “profesional”

SEÑOR DIRECTOR
Con referencia a las conclusiones de Pablo Fuenzalida sobre mi propuesta de objeción profesional, cabe destacar un punto interesante: él mismo señala que se podrían crear dos clases de médicos, es decir, los “estigmatizados” (que ayudan a los pacientes a morir) y los que se abstienen (que destacarían una cierta “pureza moral”). Dicha conclusión afirma implícitamente lo que yo señalé: matar a alguien es algo intuitivamente deshumano (¿por qué serían “más puros lo que no hacen la eutanasia?”). Si no fuera así, no estigmatizaríamos a algunos y ensalzaríamos a otros. Es justamente este algo “intuitivamente más humano” lo que hace de la medicina una profesión que no se pueda reducir a simples balances de intereses (o contratos). Si le sacamos a la medicina este punto de referencia último, claro está, que no queda más que la conciencia individual (y sus objeciones). Pero, si no se la sacamos, el “no matar” será siempre un asunto principalmente profesional. De allí mi propuesta de objeción profesional.
Luca Valera
Director, Centro de Bioética UC
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