Favorecer a los más débiles

SEÑOR DIRECTOR:
El conservadurismo es hijo del temor (cuando menos del temor al cambio) y es claro que hoy en Chile, por varias causas, estamos muy sumidos en el temor, y de ahí que nos hallemos en una evidente involución conservadora.
¿Pero llegará esta involución a tanto como para empezar a defender aquello que todos sufrimos y criticamos desde hace décadas (casi medio siglo)? Me refiero a las Isapres, cuyos afiliados, de los que ellas se han aprovechado por años, son utilizados ahora, con abierto cinismo, como carne de cañón ante la Corte Suprema y un gobierno que decidió perderles el miedo.
Para nadie es un misterio que el derecho suele expresar los intereses de los más fuertes, pero puede ser también un instrumento a favor de los débiles.
Y, algo más: el problema causado por las Isapres no es de características técnico-jurídicas; es, ante todo, un tema económico, social y político, y también moral.
Agustín Squella
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