¿Quo Vadis Universidad de Chile?



En estos días se ha producido por la prensa una suerte de mini debate acerca de si la Universidad de Chile es tan buena como algunos creen, en tanto el profesor Sebastián Edwards, connotado economista de UCLA, afirmó en una columna que la Universidad de Chile estaba en decadencia. En resumen, Edwards apuntaba a la forma de escoger autoridades por elecciones de los académicos y no por sus méritos, y a los paros y tomas de los últimos años. La reacción de dos académicos y una representante de la Fech, en el mismo medio, no fueron sorprendentes: desde una defensa cerrada de la Universidad hasta un reconocimiento a regañadientes de que algo de razón tenía Edwards, en particular sobre las tomas y paros.

Las miradas desde afuera deberían ser siempre bienvenidas, especialmente de aquellos que han demostrado ser amigos. Es esencial escuchar y reflexionar acerca de las críticas, en lugar de dispararle al mensajero.

Es cierto que no existen universidades de punta en el mundo donde sus autoridades sean electas por los propios académicos que ellas deben contratar, evaluar, remunerar, promover o desvincular. En mis ocho años como Decano de la FEN tuve la oportunidad de visitar y establecer alianzas con muchas universidades más prestigiosas que la "U", en Norteamérica, Europa y Asia, y en ninguna de ellas las autoridades son electas. No cabe duda: tenemos mucho trabajo por delante para mejorar nuestra gobernanza, con el fin de asegurar que el único norte sea la excelencia académica con miras al desarrollo integral del país. Desde luego, no partimos de cero sino de nuestra propia institucionalidad. No es posible convertir a la U en una UCLA de la noche a la mañana. Pensar que se puede es puro voluntarismo.

¿Cómo se puede explicar y menos justificar que la manera que tienen nuestros estudiantes de manifestarse es dañando a la Universidad y violando los derechos de los que sí quieren estudiar? Debe haber mejores maneras en una institución dedicada a cultivar la razón. Desde 2011 a la fecha, en el resto de la U no ha pasado un solo año en que no hayamos tenido tomas y/o paros que pretenden ser vinculantes aun para los que no están de acuerdo, por demandas diversas que casi siempre no pueden ser satisfechas por la Universidad. También es cierto que estas manifestaciones de violencia no se ven en universidades más prestigiosas que la nuestra.

Entonces, ¿estará la U en decadencia? No lo creo. Las facultades han trabajado para mejorar la calidad académica, hacemos más y mejor investigación, la docencia se moderniza, los programas de extensión son florecientes. Lo que habría que preguntarse es cuánto mejor podría ser la U, dada la calidad de sus académicos, si mejoráramos los aspectos en que estamos muy por detrás de las mejores prácticas internacionales.

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