SEÑOR DIRECTOR:

Chile tiene varias industrias reconocidas a nivel mundial, pero la vida que tenemos y la cantidad de gente que logró salir de la pobreza (un 13% en las últimas cuatro décadas hasta el 2020), es gracias al motor de desarrollo de la economía de nuestro país, la minería.

Qué fácil es hablar de “los mineros”, cuando “los mineros” somos todos. Como ejemplo, cerca de una faena minera tenemos proveedores, contratistas, subcontratistas, taxis, hoteles, startups, universidades, incluso restaurantes y carritos de comida que abastecen a todo este ecosistema. Bien lo saben las ciudades como Antofagasta, pero si esto lo extendemos a nuestro país debemos decir que se conoce poco.

Toda esta explicación resalta la importancia de brindar información creíble y verídica, que evite la crítica liviana y desinformada, la cual se transforma en una autolesión para lo verdaderamente buscado, como son las mejoras sociales y un medioambiente digno para las futuras generaciones.

¿Pero y la minería?

Nos falta que la opinión pública reconozca a la minería como una oportunidad para la generación de innovación y que esta innovación no solo está ligada a la tecnología como un convertidor teniente o una fundición, sino también, a datos, inteligencia artificial, comunicaciones, abastecimiento, control y desarrollo de proyectos, e incluso áreas consideradas “blandas” como lo son la psicología.

Por lo mismo, necesitamos fortalecer las reglas claras que fomenten la inversión.

Es tiempo que dejemos de escuchar a quienes desinforman y defendamos lo que somos. Un país minero. Es tiempo que cuando se vote en contra de un proyecto, se le exija a esa persona igualmente un argumento técnico (puede ser técnico en lo social), pero no aceptemos opiniones, porque de opiniones el país no crece.

Dominique Viera Peñailillo

Vicepresidenta de Operaciones del Grupo Metaproject