Repensar el año escolar

16 de Marzo del 2020/CONCEPCION Salas de clases vac’as con sillas sobre las mesas al interior del colegio Juan Gregorio Las Heras, luego de que se decretara la suspensi—n de clases por 15 d’as debido a la pandemia de Covid-19 FOTO:SEBASTIAN BROGCA/AGENCIAUNO


SEÑOR DIRECTOR

Valorando los recursos compartidos para apoyar el aprendizaje en casa, reconocemos que no estamos muy preparados para sostener este modelo en el tiempo. Esto nos provoca cierto agobio y muchas familias no cuentan con mínimas condiciones para esta tarea: conectividad, espacios físicos adecuados, etc.

Si las condiciones no son las regulares, ¿por qué insistir en el cumplimiento del calendario escolar a toda costa como si no pasara nada? ¿No será esta crisis un llamado de atención para bajar las revoluciones y pasar de una lógica competitiva individualista a una pausa solidaria y así comprender al ser humano como dueño de las estructuras que crea y no al revés?

De vuelta al aula en mayo, no podremos suponer que todos los estudiantes avanzaron al mismo tiempo en sus hogares. ¿Cómo hacer que nadie quede atrás sin caer en el frenesí de la agenda escolar? Habrá que brindarles mucha contención, valorando el esfuerzo logrado y acordando con ellos caminos para retomar la continuidad del proceso. Pasar de lo deseable a lo posible, confiar en los criterios que cada colegio considere para aplicar las medidas que se decidan. Repensemos este año escolar con sentido de humanidad, sin pretender completar en pocos meses lo que demanda un año normal. Pongamos en el centro a las personas, especialmente a los estudiantes.

Pbro. Andrés Moro V.

Vicario para la Educación

Arzobispado de Santiago

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