Columna de Bárbara Callejas: Rotonda Atenas e integración social: El reflejo de un consenso y un desafío



Hace algunos días, se dieron a conocer a los beneficiarios y beneficiarias de los cupos destinados a familias en situación de vulnerabilidad del proyecto de integración social (D.S 19) Rotonda Atenas en Las Condes, el que recibió más de 2 mil postulaciones. De esas postulaciones, cerca de 600 familias cumplían los requisitos para postular. La torre, anunciada en 2018, entregará 85 viviendas destinadas a familias vulnerables en un barrio bien localizado, con pleno acceso a servicios en la ciudad. En esta instancia también se dieron a conocer otros dos proyectos de integración en la misma comuna.

Este caso muestra cómo incluso en una de las comunas más ricas del país, se refleja la profunda crisis de acceso a la vivienda y a la ciudad para un porcentaje muy importante de la población, y por otro lado ejemplifica el compromiso de diversos sectores políticos y niveles del Estado con la integración social, a través de proyectos D.S 19.

Los proyectos D.S 19 buscan la construcción de proyectos bien localizados, cercanos a servicios y de alto estándar, destinado a familias denominadas “vulnerables”, “emergentes” y de “sectores medios”, que son clasificadas según su registro social de hogares.

La integración social no es un concepto nuevo en la política pública urbano-habitacional, y tampoco lo son los proyectos que integran a grupos socioeconómicamente diversos. Si retrocedemos en el tiempo, veremos cómo la integración social apareció con fuerza en la Política de Mejoramiento de la Calidad e Integración Social (2006), durante el gobierno de Michelle Bachelet, y posteriormente también lo hizo en la Política Nacional de Desarrollo Urbano, Ciudades Sustentables y Calidad de Vida (2014), durante el gobierno de Sebastián Piñera.

Hoy, uno de los objetivos declarados en el Plan de Emergencia Habitacional (PEH) impulsado por el gobierno de Gabriel Boric, es “favorecer la integración social y la regeneración urbana, expandiendo la oferta de viviendas de calidad y a precios asequibles en diversas localizaciones”. El PEH busca atender al 40% del déficit habitacional (260 mil viviendas) con soluciones habitacionales, a través de distintos programas, como el D.S 49, D.S 19, arriendo protegido, entre otros.

El Programa de Integración Social y Territorial (D.S 19) está mandatado a construir un 37,3% de las 260 mil viviendas, una cifra significativa, que sin duda presenta un desafío para todos los sectores involucrados en este tipo de proyectos, y que al mismo tiempo refuerza el compromiso y la convicción de acercar a los distintos sectores socioeconómicos de la población con los atributos urbanos de la ciudad.

Es así como el consenso político para avanzar en materia de integración social es evidente, donde los proyectos del Programa de Integración Social y Territorial (D.S 19) son un gran caballito de batalla.

Y es que el acceso a la vivienda es tan relevante como el acceso a la ciudad. Es un hecho que vivimos en ciudades segregadas, donde miles de personas deben recorrer horas para acceder a servicios y a sus lugares de trabajo. Debemos avanzar con fuerza hacia la construcción de ciudades integradas en lo social y urbano, permitiendo que más familias accedan a servicios (salud, educación, otros), a áreas verdes y que estén conectadas a la ciudad. Asimismo, también es relevante crear ciudad a través de la interacción social, construyendo y reforzando símbolos y relaciones que nos permitan convivir mejor.

Frecuentemente escuchamos que “los políticos no se ponen de acuerdo” o que “cada uno persigue sus intereses individuales”, sin embargo, en materia de integración social y urbana existe un compromiso transversal de -al menos- los últimos cinco gobiernos. A este compromiso se suman inmobiliarias, constructoras, fundaciones, y otros actores que participan en el marco del D.S 19, desde la generación de oferta y/o desde los Planes de Integración Social. Ahora toca sumarnos a ese proyecto como sociedad y como vecinos, haciéndonos parte de los beneficios que la integración tiene para todos nosotros y para el país, encaminándonos a la necesaria cohesión social.

Por Bárbara Callejas, directora Inmobiliaria Social TECHO-Chile

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