Un paso radical contra Roe vs. Wade

REUTERS


Por Herminia Palacio, presidenta y directora ejecutiva del Instituto Guttmacher.

La Corte Suprema de EE.UU. ha dado el paso radical de anular Roe vs. Wade por completo, desatando así la incertidumbre y el daño sobre las personas que no piden nada más que ejercer su derecho fundamental a la autonomía corporal.

Roe vs. Wade estuvo bajo ataque desde el momento en que se decidió en 1973. Si bien su capacidad para proteger los derechos reproductivos era imperfecta, como lo demuestra la constante erosión de estos derechos en muchos estados, Roe permitió a decenas de millones de personas en Estados Unidos decidir su propio futuro y proteger su bienestar.

Sin Roe, es seguro o probable que 26 estados prohíban el aborto en la mayor medida posible, incluidos 13 estados que tienen leyes de activación que promulgarían prohibiciones automáticamente, algunos días o incluso horas después de la decisión de la corte.

Décadas de investigación muestran consistentemente que las prohibiciones y restricciones del aborto no reducen los embarazos no deseados ni la demanda de abortos, y ciertamente no ayudan a las personas a mejorar su salud. Más bien, imponen obstáculos significativos para obtener atención, causando estrés a las personas que necesitan un aborto y llevando a algunas a experimentar embarazos forzados y todas sus preocupantes consecuencias.

La evidencia también muestra el impacto desproporcionado y desigual que tienen las restricciones del aborto en las personas que ya están marginadas y oprimidas, incluidas las comunidades negras y latinas, otras personas de color, personas con bajos ingresos, jóvenes, comunidades LGBTQ, inmigrantes y personas con discapacidades.

Esta decisión llega cuando la necesidad del aborto está creciendo en Estados Unidos. Los 930.000 abortos realizados en todo el país en 2020 representan el primer aumento sostenido de abortos en casi tres décadas, y más de uno de cada tres de estos abortos se realizaron en estados que es probable o seguro prohibirán el aborto.

Nuestros corazones están con los pacientes y proveedores que buscan un camino a seguir. Estamos agradecidos por los fondos de aborto, los grupos de apoyo práctico y muchos otros que han trabajado arduamente para ayudar a las personas que necesitan un aborto a superar los muchos obstáculos financieros y logísticos que enfrentan.

Si bien se ha perdido mucho con la decisión de la corte, la lucha está lejos de terminar. El movimiento antiaborto ya está presionando para que se prohíba el aborto a nivel nacional. Todos los que buscamos defender políticas que apoyen la autonomía corporal debemos estar preparados para enfrentarlas con todo lo que tenemos. Debemos proteger los derechos y el acceso al aborto en tantos estados como sea posible y lograr una legislación federal para garantizar que cualquier persona, en cualquier lugar que necesite un aborto, pueda obtener uno libremente y con dignidad.

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