SEÑOR DIRECTOR:
Por estos días se discute la conveniencia de extender a dos días las elecciones de octubre. Ya no será un plebiscito en el cual las opciones son dos: simple y rápido. El voto sigue siendo obligatorio y deberemos votar por alcalde, concejales, gobernador y consejeros regionales. O sea, serán cuatro cédulas en vez de una y algunas especialmente grandes. Esto significa que demoraremos más tiempo en votar y que el proceso será mucho más lento.
La extensión a dos días de una elección tiene precedente. Una de las elecciones en pandemia se efectuó en dos días consecutivos. Para ello se diseñó una metodología que permitiera asegurar la integridad del proceso, y se logró.
Además de la conveniencia de la extensión a dos días para no sobrecargar locales y evitar colas interminables, es bueno empezar a evaluar la posibilidad de aplicar prácticas que ya emplean muchos países ocupando una o más semanas para desarrollar una elección, evitando concentrar la votación en un solo día. ¿La ventaja? Dar a los electores que el día de la elección cumplen turnos críticos, viajan, puedan encontrarse enfermos, o trabajan en faenas alejadas de locales de votación, la oportunidad de participar, eligiendo el día en el que irán a votar.
El Servicio Electoral de Chile ha modernizado en distintos aspectos el proceso de votación, pero aún quedan desafíos. Este es uno de ellos. Cambiar el paradigma de la elección realizada en un solo día por una elección que pueda desarrollarse a lo largo de varios días, levantando barreras innecesarias a la participación de la ciudadanía.
Juanita Gana
Exconsejera del Servicio Electoral de Chile
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