Paula

Egresar del colegio en un año de incertidumbres

Cuarto medio es un curso importante para los estudiantes. Se cierra un ciclo. Termina la educación escolar, nos despedimos de amigos que nos han acompañado durante años importantes e intensos, dejamos el resguardo de los profesores y del establecimiento para entrar a un mundo lleno de libertad, pero también de incertidumbres. Ronda el fantasma de la prueba de admisión, la posibilidad de entrar a una universidad para seguir una vocación o para optar por un mejor futuro. Hay, en resumen, muchas emociones dando vueltas.

“Es un año que muchos jóvenes esperan, pero también hay mucha ansiedad por la prueba de admisión, por el cambio de vida que significa dejar el colegio, la tristeza de alejarse de los amigos y todas las emociones que se mezclan”, confirma Ana María Briceño, psiquiatra del Centro de Adolescencia de la Clínica Alemana.

Además, se trata de un año lleno de ritos que van cambiando entre establecimientos y generaciones, pero que marcan a los jóvenes en distinta medida y los hace sentir, por última vez, parte de una entidad donde durante años han mezclado su mundo personal con el académico.

“Esperaba que fuera un año más normal, poder preparar la prueba de admisión como todos los años y graduarme con normalidad. Pero no se puede hacer mucho, aunque tengo muchas dudas y una sensación de miedo”, cuenta Martín Peralta, estudiante de cuarto medio del colegio Mayor de Peñalolén. Esto, porque tanto este año como el próximo, se rendirán pruebas de transición (PT) que darán paso a la sucesora de la PSU. Para el estudiante de 17 años es triste no saber si podrá participar de ritos como la fiesta de graduación o de una licenciatura de manera presencial. “Son eventos que se guardan como recuerdos para toda la vida, y espero poder tenerlos”.

A Dominga Valiente, alumna de cuarto medio del Liceo 7 de Providencia, le pasa algo similar. “Da pena no poder despedirme de mis compañeros, no tener una ceremonia con los profesores, pero lo que más me ha afectado es no pasar el año juntos, porque más que un día o una celebración específica, lo más importante es tener las experiencias del último año, las alianzas, esas cosas de cuarto medio que significan hacer una despedida”.

“A la mayoría le da tristeza perderse muchos ritos, sin tener seguridad de qué podrán hacer, si podrán tener su fiesta, por ejemplo”, concuerda Briceño, pero deja en claro que es importante que estos jóvenes mantengan en perspectiva que lo que les está pasando a ellos es parte de una situación global. “Deben poder ver que es algo difícil para todos, que hay muchas personas afectadas en su salud o que han perdido a seres queridos o a sus trabajos. El hecho de ayudarles a empatizar con su alrededor podría hacerlos ver la situación con mayor perspectiva”.

“Tienen que entender que todo lo que se están perdiendo es parte de un sacrificio en virtud de salvar muchas vidas y pueden mantener la esperanza de poder hacer actividades y ritos más adelante”. La especialista recalca la importancia de que estos jóvenes puedan ser escuchados, que acepten sus emociones, que sean contenidos.

Más sobre:Sociedad

¿Vas a seguir leyendo a medias?

NUEVO PLAN DIGITAL $1.990/mesTodo el contenido, sin restricciones SUSCRÍBETE

VIDEOS

Servicios