Paula

Niños vulnerables sin ir al colegio: cuando pierden su único espacio seguro

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Todas las mañanas, hace un mes, Lorena (su nombre fue cambiado para resguardar su identidad), ve al hijo de sus vecinos salir al antejardín de su casa y sentarse pegado a la reja a ver a la gente pasar. Viven en una comuna del sur de Santiago y, como todos los niños en el país, está sin clases desde que comenzó la pandemia. "Antes de que pasara todo esto, el niño iba al colegio toda la mañana y en las tardes. A veces yo lo invitaba a tomar once a mi casa porque me daba cuenta de que sus papás andaban en cosas raras y no le dedican demasiado tiempo", cuenta.

En estas semanas Lorena lo ha visto seguido en el patio. "Veo que le habla a la gente que pasa o que juega con las piedras. Pasa mucho tiempo solo. No creo que le estén dando tareas, además que acá no tenemos internet, así que tampoco las podría hacer. Sé que sus papás fueron al colegio a buscar una caja con comida, pero igual algunos días le he pasado un pancito en la tarde. Además, en estas semanas, he escuchado que lo han retado harto, porque como pasa mucho tiempo solo, se aburre. Yo, lamentablemente, no lo puedo invitar para acá y entretenerlo por lo del contagio", cuenta.

La realidad de su vecino es la de muchos niños en el país que viven en riesgo social y que debido a la pandemia y a la suspensión de clases, han perdido su único espacio seguro: el colegio. Allí es donde los contienen, educan y alimentan. Y no solo eso. La psicopedagoga y orientadora Bretta Palma, revela también que "es la escuela uno de los primeros espacios para la detección de violencia hacia niñas, niños y adolescentes, y esto se ha visto perjudicado con el confinamiento".

Las cifras así lo confirman. En medio de la cuarentena, la ONG Activa denunció el aumento de un 42% en los casos de maltrato a menores. Según los datos recogidos, las comunas que registraron un mayor incremento fueron Santiago, Providencia e Independencia, todas bajo cuarentena obligatoria. Además, se registró que los niños y niñas entre 0 y 14 años han sido los más afectados. Solo durante marzo, cuatro de cada 10 denuncias de violencia intrafamiliar estuvieron asociadas a violencia ejercida sobre menores.

"Las investigaciones a lo largo de los años muestran que la educación puede dar a los niños una sensación de seguridad, normalidad y esperanza para el futuro, que es un factor poderoso para prevenir la violencia. Además, las escuelas son una plataforma esencial para que las niñas y niños aprendan sobre sus derechos", agrega Palma.

Patricia Muñoz, Defensora de la Niñez, concuerda: "En el contexto de la pandemia se ha producido una situación compleja que tiene impacto directo en la vida y el desarrollo de niñas, niños y adolescentes que tiene que ver no solo con el posible contagio del virus, sino que también con otros espacios de su desarrollo vital como, por ejemplo, en lo que tiene que ver con el ámbito educacional", dice. "Las suspensiones de clases y la cuarentena han implicado que muchos menores deban estar en su casa en contextos en que pueden estar expuestos a situaciones de maltrato o de riesgo, y también a situaciones de vulneración y desprotección".

Por ello, señala Muñoz, resulta muy relevante atender a estas situaciones, particularmente lo que tiene que ver con cómo el Estado debe entregar herramientas efectivas a las familias de estas niñas, niños y adolescentes, con el objetivo de propiciar que las personas que las y los cuidan tengan la capacidad suficiente para poder tratarlos debidamente. Para eso, según la defensora, es necesario evitar que las familias se sientan estresadas y angustiadas por la pandemia. "Esto afecta emocionalmente a los niños, ya que los expone a situaciones de angustia y estrés, lo que complica y dificulta su desarrollo íntegro. En este sentido es clave el apoyo en el ámbito de salud mental y emocional a las familias", explica. "Se debe promover el aprendizaje y la educación desde un contexto que no sea de mayor tensión y exigencia, sino que poniendo en el centro lo que tiene que ver con el bienestar y cuidado emocional de niñas, niños y adolescentes. Un grupo de la población que es particularmente vulnerable y por ende requiere protección reforzada".

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