Niños tímidos frente al Zoom escolar




Es lunes y el depertador suena mucho antes de las ocho de la mañana. Comienza un nuevo día laboral y escolar, lo que es un desafío tanto para papás como niños, porque ahora todo -o casi todo- es desde sus casas. Esta nueva rutina nueva supone un ajuste importante para los escolares porque han debido adaptarse al nuevo formato de clases online. Y las nuevas metodologías de tele enseñanza han generado que algunos estudiantes desarrollen cuadros de mayor ansiedad y conductas evitativas ante el denominado Zoom escolar.

”Para los niños ha sido un gran desafío adaptarse a las clases online. Muchos cumplen porque comprenden que no se puede asistir de forma presencial; otros no desean participar, silencian su micrófono y apagan la cámara, dando una clara señal de que no quieren ser vistos; también están los que no se conectan, argumentando que no comprenden los contenidos, que el audio o la imagen se encuentran desfasadas o que no quieren sentirse observados. Esto puede ocurrir en niños con distintos rasgos de la personalidad”, señala Karen Cristi, psicóloga infanto-juvenil de Vindaintegra.

María Ignacia Mena, es profesora básica y cuenta que durante estos meses de clases a distancia ha notado que sus alumnos están más ansiosos, con dificultades para tolerar la frustración, que necesitan más atención y quieren ser escuchados constantemente. “La nueva modalidad ha tenido cambios positivos y negativos en mis estudiantes que son más tímidos. Tengo niños y niñas que les costaba expresarse en la sala de clases y hoy con las videollamadas han adquirido una confianza especial, se atreven a opinar y a participar activamente. Esto, lo relaciono a que están en un ambiente familiar seguro y les parece motivador e interesante compartir de manera virtual. Pero también tengo estudiantes que les provoca mucha ansiedad conectarse a las clases a través de Zoom ya que se sienten muy expuestos. Por eso, hay familias que tomaron la decisión de no conectar a sus hijos para evitarles esa sensación y respetar sus propios procesos”, cuenta.

Una sobreexposición que ha generado todo tipo de reacciones en niños más introvertidos y que alerta a los padres. “Los niños tímidos, generalmente, son más introvertidos y observadores, piensan mucho sus acciones y no se exponen a menos que perciban seguridad en el ambiente, por eso se protegen de la exposición social como un Zoom escolar, ya que les genera tensión e incomodidad”, señala María Isabel García, psicóloga y terapeuta EMDR.

La profesional explica que los niños tímidos en una sala de clases encuentran condiciones protectoras que no están en una pantalla. “La ubicación del banco, la cercanía con los amigos, ofrecen al niño tímido, que generalmente se porta bien para no llamar la atención, la posibilidad de moverse en un contexto donde percibe que puede tener mayor control. Además, en la sala de clases siempre habrá otro niño que buscará destacarse. Pero frente a la cámara del computador, el niño se siente expuesto y cualquier gesto o movimiento puede ser arriesgado. Entonces le teme a hablar, a escuchar su nombre, a equivocarse y a que todos lo miren o tal vez se burlen de él”, señala García.

Fortalecer su identidad

La timidez como cualquier otro rasgo de la personalidad puede deberse a componentes hereditarios y también a la influencia del ambiente. Por lo general, son niños sensibles, introvertidos y a veces más inmaduros, características que se acentúan todavía más si son primerizos, si sus padres son introvertidos, poco sociables o sobreprotectores. “Si estamos frente a un niño así, es importante saber que requiere más tiempo para confiar, que su exposición será progresiva y que hay que reforzar sus esfuerzos y logros en ese ámbito. Así se irán sintiendo más seguros y podrán desarrollar su personalidad y sentirse tranquilos y felices”, dice María Isabel García.

Al respecto, Sonia Castro, psicóloga infantil de Clínica Alemana, manifiesta que existen formas de ayudar a los niños que son tímidos. “Podemos hacerlo con herramientas sicológicas que mejoran su relación con el mundo y les enseñan a desarrollarse emocionalmente mucho mejor. Esto es a través de terapias individuales donde se trabaja el autoestima; y también por medio de terapias grupales en las que el niño -con las herramientas entregadas- puede ensayar en un espacio terapeútico seguro y donde hay otros de sus pares”.

En el caso particular de la exposición al Zoom escolar, Neila Sarce Paredes, neuropsicóloga de Clínica Santa María, señala que: “La educación telemática provoca varias sensaciones que en los estudiantes, ya sea el miedo a no ser tomado en cuenta, la angustia de verse a sí mismo y ser observado en un espacio personal. Además, aparece la vergüenza que nace de las interrupciones de otros miembros de la familia en una sesión de clases, entre otras. Por otra parte, los traumas que podrían aparecer no difieren mucho de los que pueden nacer en un ambiente escolar físico, con la excepción de la cercanía con el llamado cyber-bullying o atosigamiento digital”.

Para que esta experiencia digital educativa sea menos estresante para este tipo de niños, la experta sugiere algunos consejos para padres y también profesores:

1. Que el niño tenga la posibilidad de encender o apagar la cámara en momentos de angustia, ya que esta puede ser utilizada como medida protectora para la autoestima de cada estudiante.

2. Mantener las reglas claras y concisas. El espacio de enseñanza-aprendizaje debe mantenerse distanciado del relajo y la comodidad que provoca el estar en casa. Al momento de comenzar cada sesión hay que invitar al niño a ponerse en una disposición adecuada para aprender, idealmente encontrarse en un lugar sin mucho ruido externo o presencia de terceros.

3. Generar dinámicas constantes de “chasconeo”. Los docentes deben desarrollar la habilidad de reírse de sí mismos y reírse con los estudiantes, aplicando dinámicas que promuevan la apertura sin discriminación. Esto genera en niños tímidos la sensación de estar hablando todos al mismo nivel y, así, expresar sus emociones y dudas de manera más afable.

4. Utilizar un lenguaje apropiado y cercano. La timidez puede ser producto de un sentimiento de inferioridad o inadaptación, por lo que un trato más individualizado y personal le entregaría la sensación de ser más valorado, otorgándole coraje para expresarse de manera libre y sincera.

5. No olvidar que cada niño es un mundo en sí mismo. La individualidad y complejidad de los niños siempre han sido temas centrales en la educación. Hoy la posibilidad de escribirle al profesor en privado y que este tenga una respuesta cálida y cercana es un factor protector de la autoestima de los estudiantes.

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