Consejos que me daría a mí misma si regresara a antes de la cuarentena

El tiempo enseña a mirar y analizar las cosas que hemos vivido. Es por eso que hicimos un llamado para saber qué consejo te darías a ti misma si regresara el atrás, a antes de la pandemia, para poder así vivir mejor esta etapa. Este es el resultado.




“Nunca te sentiste más libre como en la marcha del 8M. Abrazaste a tus nietas –a quienes viste por última vez ese día– y sentiste que Chile estaba cambiando. Que ese día iba a marcar una nueva forma de relacionarte con el resto. Disfrútalo aún más. Quédate hasta más tarde. Abraza a otras mujeres”, Cecilia Marticorena (72), fotógrafa.

“No le hagas caso a tu mamá, tu compañía móvil está bien. No te cambies, te lo suplico”. Carmen Paz Pemjean (28) periodista.

“Tu abuela te pedirá que le enseñes a usar su nuevo smartphone. No lo aplaces, no dejes que tu poca paciencia te gane. Siéntate con ella y anótale el paso a paso de todo lo que tiene que hacer”. Justo unas semanas antes de que comenzara la cuarentena, en febrero, acompañé a mi abuela a comprarse un celular y quedamos en que le iba a hacer unas clases para que aprendiera a manejarlo. Ella no sabe casi nada de tecnología, pero yo estaba tan llena de cosas que lo dejé como último de mis prioridades. Ahora está aislada sola, sin poder ver nuestras caras. Me hubiese gustado hacerme el tiempo y que supiera cómo llamarnos por video. Si bien podemos hablar por teléfono, siento que hubiese estado mucho más feliz viéndonos las caras y nosotros la de ella. Constanza Fernández (27), periodista.

“Acércate a tu tío y sé menos prejuiciosa con él. Trata de darle una oportunidad para que se conozcan, porque el tiempo se va acabando. Si lo haces, quizás, sentirás que quedaron menos cosas pendientes antes de que muriera. Lo mismo con tus abuelos. Anda a verlos más, disfrútalos, diles cuánto los quieres”. Cuando el hermano de mi papá llegó a atenderse al hospital, nos recibieron en un pasillo que simulaba Urgencias porque estaba todo colapsado. Recuerdo que las enfermeras me comentaron que no había camas en la UCI, ni cardiólogo hasta el lunes, así que debía quedarse en un box. Por dentro sentí rabia, pena y frustración. “Esto no pasaría en una clínica”, me dije a mí misma. Lo que mi tío tenía era disección aórtica tipo A, de esas patologías que te ponen en las presentaciones de Power Point con una calavera al lado. Al día siguiente, luego de una complicada operación, convulsionó. Le hicieron un scanner y tenía muerte cerebral. Ese mismo día corrí a la casa de mis abuelos, no iba hace meses, solo por mi orgullo. Después de compartir con ellos, sentí una necesidad inexplicable de revisar el celular de mi tío, así que entré fácilmente y lo primero que vi fueron sus notificaciones. Me metí a su WhatsApp y ahí estaban sus últimos mensajes deseando feliz Día del Trabajador a todos sus cercanos y su última llamada había sido para alguien que tenía guardado como: “Amor”. No lo pensé mucho y la llamé para explicarle todo lo sucedido. Ella no lo podía creer, y yo tampoco. Mi tío, la persona con la mirada más triste, sí había sido feliz y nosotros, su familia, quienes lo juzgábamos a menudo, no lo sabíamos. Andrea Díaz (25) es estudiante de medicina.

“Disfruta del aire libre, no te compres nada inútil y pasa el mayor tiempo posible con tu familia. Dale abrazos y besos a tu mamá como si no hubiese un mañana, porque va a ser lo que más añores, aunque no me creas”, Alejandra Zavala (55) psicopedagoga.

“Cómprate hartos buzos y patas porque el resto de tus pantalones no te van a entrar”, Daniela Parragué (29) orfebre.

“Disfruta esa siesta en la playa con tus amigas, escucha los problemas de la otra y abrázala cuando termine de hablar. No malgastes tus días ni tus noches. Sal, diviértete, vive como si fuera el último día y despídete como si fuera el último adiós. Preocúpate de la gente porque no vale la pena preocuparse por las cosas. Estas se mantienen donde están, en cambio, son las personas a las que no puedes volver a encontrar. Viaja, guarda momentos, colores y texturas, porque las vas a extrañar. Colecciona recuerdos y emociones, rodéate de los que más quieres y sácate muchas fotos para así poder viajar en el tiempo y en los recuerdos. No sabes la soledad que se viene, así que junta a tu gente y velos a todos por última vez porque se van a extrañar por un tiempo. Visita a tus abuelos, regalonealos, llama a tus papás y anda a verlos, pero esta vez, lleva tus cosas para quedarte allá”, Ángeles Ascona.

“Llévate tus plantitas del escritorio de la oficina, no querrás saber que, después de tantos cuidados, ahora podrán estar muertas. Y te recomiendo hacerlo también con tu libreta de mano porque se te van a olvidar varias cosas que tenías anotadas”. Ingrid Westermeier (55), química farmacéutica.

“No pagues ese año de gimnasio, no me vas a creer pero no lo vas a usar”, Valentina Recabarren (29) arquitecta.

“Tu profesión te mantendrá alejada de tu familia. Haz que el último abrazo dure más de lo común y recuerda que los ‘te quiero’ nunca están de más”, Daniela Giglio (29) enfermera.

“Ten sexo. Harto y del bueno”. Una de las personas que vive con mi pareja tiene que salir a trabajar y, como mis papás son de riesgo, no nos hemos podido ver sin respetar la distancia. Valentina (28) ingeniera comercial.

“No se te ocurra cambiar tu celular por uno más moderno porque no vas tener ni la más mínima idea de cómo usarlo”, Blanca Bravo (90).

“Anda a terapia. Te prometo que esto de hacerlas de manera online no te va a gustar. Sobre todo porque pillarás a tus papás tratando de escuchar tus problemas detrás de la puerta”, Francisca García (27) abogada.

“Anda a buscar la ropa de invierno y la estufa a la casa de tus papás. Te va a tocar tu primer invierno en tu departamento y no tienes idea de lo congelado que va a ser”. Teresita Figueroa (28), fonoaudióloga.

"No pidas home office. No tienes idea cómo vas a querer volver a ir a la oficina. Y si lo haces, asegúrate de llevarte la silla", Javiera Tormo (28), psicóloga.

“Di que sí a esas fiestas que estás invitada el viernes y sábado. Aunque creas que estás cansada, te vas a arrepentir de no haber salido tu último fin de semana. ¡Ah! Y anda a buscar tus lentes de contacto, no querrás andar chocando con las paredes”, Macarena Muñoz (27) terapeuta ocupacional.

“Ándate una semana a la playa con tus amigas. Sin hijo y sin marido. Báñate en el mar hasta que oscurezca y haz varias escalopas en la arena”, Antonella Sassi (35), ingeniera comercial.

"Nunca des por sentado las clases presenciales. Anda feliz al colegio y aprovecha a tus compañeros", Emilia Lobos (13), estudiante.

“Eres tan feliz y ni te has dado cuenta. Es increíble cómo no ves que lo tienes todo y sigues sin usarlo a tu favor. Ahí, acostada en tu cama, lamentándote por lo que pudo ser y no fue sólo hace que pierdas tiempo valioso que, en un mes más, añorarás haber tenido. La vida es más sencilla de lo que crees, incluso, cuando llegas al piso y debes usar aparatos para levantarte. Ni siquiera sospechas a lo que el mundo se tendrá que enfrentar y vas a necesitar ser fuerte para ello. Aprovecha esos besos y abrazos que te negaste a recibir por no querer mostrar tu lado más suave y por impedirte ser tan humana como cualquiera, llegarán a ser mortales, literalmente. No precisas de lo material, que no suma a tus días. Va a llegar el momento en que tan sólo poseer un techo, un plato de comida y una taza de té abrigando tus manos, te hará más millonaria que toda la lista de Forbes junta. Toma el primer vuelo que puedas y visita a tu familia. Se viene un período complejo y sólo querrás tenerlos a tu lado. La distancia se agrandará, como así también, el amor. No dejes de tener la linda costumbre de decirles que los amas diariamente. Sigue sonriendo a la cámara y luciendo tus mejillas abultadas y ojos dormidos. En lo físico, lo único relevante, es que tengas salud. El resto, son sólo cánones que has roto con el tiempo y estereotipos que no tienen cabida en tu clóset”. Este es un relato de mi yo del 25 de junio a mi yo del 29 de febrero, luego de sufrir una grave lesión, necesitar apoyo de bastones para caminar y dejar de salir con quien lo estaba haciendo. Nicole Luna Valenzuela (33) trabaja en el área de riesgos de una casa de estudios.

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