Nuestras lectoras preguntan: ¿Cómo le digo a mi pareja que me quiero separar?




LA PREGUNTA

Quería saber cómo abordar a mi marido para decirle que se me fue el amor hace años y que me quiero separar. He callado mucho tiempo y he postergado mi felicidad por el bienestar de mis hijos y la de él, porque no quería que nadie saliera lastimado. Así, esperando ‘the right moment’ se me fue la vida y la mujer poderosa que solía ser se fue apagando poco a poco”.

Cristina, lectora de Paula.

LA RESPUESTA

“Sin duda la conversación donde le expones a tu pareja que ya no quieres seguir casada, es muy dolorosa y probablemente producirá sentimientos de pena y rabia en el otro si no está de acuerdo con la decisión. Por lo tanto, tienes que ser muy respetuosa de esos sentimientos y cuidadosa de no ofender. Es importante aceptar el hecho de que si bien el amor no es algo voluntario, sí somos responsables de no seguir en el matrimonio y querer seguir la vida de otra manera”, explica la psicóloga Sylvia Campos.

La especialista, además sostiene que cuando es una decisión unilateral, siempre habrá algún tipo de resistencia de la otra parte. “El cuidado, respeto y comprensión por los sentimientos que aparezcan, puede evitar las escaladas agresivas que a veces se producen en estas circunstancias. Si el motivo de la separación tiene que ver con violencia y se piensa que abordar la decisión puede ser riesgoso, es aconsejable que se plantee con ayuda de familiares o profesionales”.

Según el libro ‘Nos separamos, ¿y los niños?’ -de las autoras Oriana Cifuentes y Neva Milicic-, la mayoría de las parejas se separan debido a infidelidad, problemas de violencia intrafamiliar, dificultades económicas o bien incompatibilidad de proyectos de vida e intereses. La publicación además señala que las parejas tienden a postergar la decisión por miedo a enfrentar a los hijos y por la incertidumbre de lo que ocurra con ellos luego del divorcio. “Cuando se toma la decisión, habitualmente es una de las partes quien llega primero a dicha conclusión y presiona para que se concrete, causando en ocasiones dolor y/o sorpresa en la otra persona. En consecuencia, se produce una asincronía en la pareja respecto a asimilar la idea de separarse, ya que solo uno de ellos ha avanzado a la segunda etapa, que implica asumir el divorcio emocional de la pareja”.

La romantización de las relaciones de pareja bajo preceptos como “el amor es para toda la vida”, han llevado a muchas personas, principalmente mujeres, a postergar la decisión de acabar su relación. Así lo cree Monier Villareal, académico de la Escuela de Psicología de la Universidad de Las Américas, quien sostiene que “muchas personas han aceptado y tolerado situaciones y dinámicas vinculares en las cuales se transgreden sus opiniones, deseos y voluntades individuales, quedando relegadas a las necesidades del otro miembro de la pareja, constituyendo una clara asimetría en la armonía relacional. Esto se ha materializado históricamente en la postergación de planes personales, bienestar personal o incluso relegando la propia felicidad por el bienestar de los hijos”.

Una vez tomada la decisión, lo cierto es que los expertos señalan que no hay una receta para comunicársela a la pareja. Lo que es importante es la forma en que realicemos y presentemos nuestra postura, eso puede generar menos impacto en el otro. Villareal explica que de igual modo se pueden considerar algunos aspectos para transmitirla de mejor manera: “Buscar un lugar tranquilo, sin interrupciones, que propicie el diálogo fluido y basado en el respeto mutuo, puede facilitar este proceso. Hay que recordar que toda manifestación de violencia o agresión sea física, verbal o psicológica debe ser evitada; tienes que afianzar tu resolución, es decir, si has llegado a esta instancia, es porque consideras que algo en tu relación no está satisfaciendo tus necesidades, deseos y bienestar personal. Aceptar y mantener la propia decisión implica no postergarse; expresar nuestro sentir en esta instancia facilitará también la comprensión de nuestra vivencia. Frases como ‘Me siento así’, ‘Esta situación ha sido difícil para mí’, pueden ser útiles en la conversación”.

Una vez tomada la determinación y conversada con la pareja, viene un tiempo de adaptación y autoanálisis para ambos, que de acuerdo a los expertos puede ser compleja. “En procesos de separación reflexionados, versus los impulsivos o destructivos, lo habitual es transitar por un gran abanico de emociones y sensaciones: es inevitable el dolor, la angustia por la pérdida o por el vacío, la soledad y la incertidumbre. Algunos también experimentan alivio, la sensación de haberse sacado un peso de encima”, detalla Patricio Baeza, psicólogo y terapeuta de parejas. Todas las emociones y sentimientos son permitidos en procesos complejos como estos. Al respecto, Daniela Werner, psicóloga de la Unidad de Terapia de Pareja y Sexualidad de UC-Christus, sostiene que “más que normalizar un sentimiento u otro, pondría cuidado con lo que se hace al sentir una emoción particular. Por ejemplo, puedo sentir mucha rabia por el otro, y eso puede ser comprensible por distintas razones, lo que importa es: ¿Qué hago con esa rabia?, ¿La encamino de algún modo constructivo o triangulo a mis hijos para que estén en contra del otro? Pondría el acento ahí”, dice.

Cómo abordarlo con los hijos

La separación de los padres es una etapa muy dolorosa para toda la familia y no resulta fácil elegir las palabras apropiadas para transmitirles a los hijos lo que se siente y lo que significa ello. Muchos, cuando llegan a estas instancias, no saben cómo hablarlo y en el intento dañan sin querer. Por eso, Oriana Cifuentes y Neva Milicic explican en su libro que: “Comunicar una separación no es una buena noticia y por lo tanto no hay que tratar de convertir un hecho que es doloroso en algo trivial. El tono emocional debe ser coherente, evitando utilizar mecanismos de minimización y negociación. Si hay algún compañero o primo que haya pasado por la experiencia, puede ser positivo hacer referencia a ello. Al niño le duele sentirse diferente y ello permitirá sentir que no es el único en esta situación y le abre una puerta para compartir sus sentimientos con alguien de su edad”.

Al respecto, Daniela Werner sostiene que es muy importante que los adultos hayan abordado la decisión previamente entre ambos, y que durante el proceso de conversación los hijos no hayan tenido que escuchar o intervenir. “Los hijos deben enterarse cuando haya claridad. Después es necesario explicarles que es una decisión de los padres y que tiene que ver en cómo ellos se llevan”. En el proceso los especialistas recomiendan que es necesario remarcarles que el cariño hacia ellos será el mismo, y luego estar siempre atentos a los cambios emocionales que puedan presentar en el ánimo y su comportamiento. “Si como adultos nos sentimos sobrepasados en una situación como esta, los niños y adolescentes son todavía más receptivos, pues su núcleo básico está experimentando un cambio que posiblemente marcará sus vidas y es necesario no obviar todo lo que eso puede acarrear”, enfatiza Werner.

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