¿Pataletas? Estrategias respetuosas para prevenirlas




Las pataletas son un comportamiento natural en los niños y además esperables cuando se presentan situaciones que no les parecen o que les provocan emociones desbordantes. Como padres es importante entender que estas situaciones son propias del crecimiento, ya que cuando son pequeños aun no son capaces de regular sus emociones.

De acuerdo a la orientadora familiar y especialista en Salud Mental Materna, Ignacia Yañez, en la medida que conozcamos a nuestros hijos podremos establecer ciertas estrategias para prevenir las pataletas. “Muchas se pueden prevenir si es que conocemos a nuestros hijos y sabemos cuáles son aquellas situaciones que probablemente les generarán una pataleta o desborde emocional”.

Resulta que, a diferencia de los adultos, los niños no tienen la capacidad de ser flexibles o de adaptarse fácilmente a cambios en sus rutinas. Entonces, cuando se dan escenarios en los que, por ejemplo, cambian los horarios de sueño y alimentación, se produce una alteración que difícilmente podrán manejar con éxito. Es por esto que cuando hay cambios en la cotidianidad, por vacaciones o celebraciones, por ejemplo, sean los adultos quienes adapten sus horarios y rutinas y no los más chicos.

“Algo que en general funciona es hablarle a nuestros hijos con cariño y paciencia. Así como también la regulación de nuestras emociones como padres para poder presentarles alternativas estructuradas. Por ejemplo, el baño va sí o sí, pero, ¿en qué podemos ceder? Diciéndoles que nos debemos bañar, pero preguntándoles si quieren bañarse antes de la comida o después o si quieren elegir sus juguetes”, detalla la especialista.

A través de este juego de alternativas, los padres entregan información clara que los niños pueden procesar en su cerebro más inmaduro. De esta forma, sienten que tienen opciones y que su opinión es valorada por los adultos.

Por otro lado, la orientadora familiar especifica que también es importante establecer sintonía emocional con los niños y adelantarse a ciertas situaciones que uno como adulto puede prever. “Cada vez que nos enfrentemos a una situación inédita, a un cambio de lugar o una rutina nueva en la cual presiento que va a pasar vergüenza porque es mas tímido y habrá gente que no conoce, me doy el tiempo de conversar. Es algo que a veces pasamos por alto, anticipar como creemos que ellos se van a sentir”, cuenta Ignacia, quien además asegura que de esta forma ayudamos a poner nombre a las emociones y así estas se vuelven más comprensibles.

La especialista recomienda tomar en cuenta y validar las emociones de los niños y no reprimirlas, como muchas veces se hace con la rabia, la pena y el miedo. “Al decir frases como ‘no es para tanto’ o ‘no importa’, estamos cerrando una puerta y una oportunidad de crecimiento emocional, lo que a su vez puede provocar pataletas más intensas”, explica. “En la medida que se acoja esa emoción, el niño se sentirá validado. La regulación emocional es como leer y un niño necesita que alguien se siente con él para que le enseñe las palabras. Esto es esencial para poder alcanzar la madurez emocional en la adultez”.

Cabe destacar que estas estrategias son realizables cuando hay autocuidado. La orientadora comenta que debido a todas las labores y preocupaciones propias de la vida, madres y padres están estresados y ansiosos y, por ende, con poca paciencia. “Todas estas estrategias son maravillosas, pero para realmente llevarlas a cabo nos tenemos que preocupar de nuestra salud mental y de encontrar espacios de autocuidado para poder conectar con aquello que nos gusta y estar mas descansadas. Creo que eso es clave”, concluye.

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