The Discovery: La vida no se puede resetear

Esta película que tiene como premisa que un científico logra demostrar la existencia de la vida después de la muerte, trae consecuencias tan catastróficas como suicidios masivos de personas que quieren volver a empezar. Pero nada es tan fácil.




¿Qué pasa cuando morimos? Debe ser una de las preguntas que más se han repetido filósofos y pensadores a lo largo de la historia. Distintas religiones y corrientes de pensamiento han tratado de dar con una respuesta, pero lo cierto es que nadie ha regresado del más allá y nadie sabe, realmente, qué va a pasar una vez que el corazón deje de latir.

Pero, ¿y si tuviéramos la certeza de que morir es empezar de nuevo? ¿Una nueva oportunidad para, esta vez, hacer las cosas bien? La película The Discovery (2017), que hace poco se estrenó en Netflix, habla sobre eso de tal manera que, aunque es evidente ciencia ficción, parece muy actual.

Protagonizada por Rooney Mara, Jason Segal y Robert Redford, aquí se postula que hay vida después de la muerte, pero que esta información, en vez de reconfortar a las personas cuando muere un ser querido, las lleva al suicidio. Porque, ¿quién no querría empezar de cero? ¿Cuántas veces no se han preguntado qué hubiera pasado si hubiesen actuado de otra forma, si tan solo pudieran hacer las cosas distinto?

El problema, tanto en la película como en la vida real, es que no se puede apretar un botón de “reset” en nuestra historia e, inevitablemente, tenemos que aprender de nuestros errores y hacernos cargo de las decisiones que hemos ido tomando con el paso del tiempo.

Porque parece algo sacado de un libro new age o de auto ayuda, al menos a mí la vida me ha enseñado que si actúo de la misma manera una y otra vez, los resultados van a ser los mismos, sin excepción. A no ser que tenga un golpe de suerte, pero incluso si eso pasa, eventualmente se va a derrumbar el castillo de naipes.

Y por lo mismo, aunque pudiéramos empezar de nuevo, aunque tuviéramos otra oportunidad, si no hemos aprendido de nuestros actos difícilmente haremos una diferencia en este segundo tiempo. No importa cuántas veces nazcamos o cuántas chances nos den. El problema es que muchas veces excusamos nuestras acciones en las circunstancias y creemos que si el contexto hubiese sido distinto, habríamos hecho cosas distintas. Pero el problema suele estar en nosotras y está en nosotras solucionarlo.

No hay nada tan difícil como una buena introspección o una honesta autoevaluación. Pero si queremos una nueva oportunidad en la vida, ese es el precio que se paga.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.