Un muralista silencioso

El nuevo bar Liguria en Lastarria -que ayer abrió sus puertas al público- sorprendió con una decoración aún más estilosa que la ya conocida en sus otros locales. Pero en esta ocasión, el elemento decorativo favorito fue un mural creado por Ekeko. ¿Quién es? Aquí, su historia.




Por María José Salas

Paula.cl

Ian Pierce (38), conocido como Ekeko (@artesekeko), partió pintando murales por las calles de Santiago y otras ciudades de Chile junto a la Brigada Ramona Parra (BRP), cuando solo tenía 14 años. Esta experiencia lo formó como artista. "Para mí, los murales tienen una capacidad comunicativa mayor que un cuadro. Los cuadros son más íntimos. Con los murales logro generar narraciones que se enfocan en lo social. Alguna vez un colega pintor me dijo: 'con los murales uno puede decir todo en una sola obra'. Es una exageración, pero algo tiene de verdad", dice Pierce, quien ya no es miembro de la BRP, pero mantiene su camino por el muralismo intacto ya que cree firmemente en que el arte tiene una función transformadora en el ser humano.

Con su trabajo quiere reescribir la historia de Chile y Latinoamérica y así movilizar conciencias. Aparte de Chile ha pintado murales en Venezuela, país en el que vivió seis años, y en Canadá. "Uso pintura al agua, látex o acrílico. También el mosaico es un gran aliado mío. Hace poco terminamos, con un equipo fantástico de mosaiquistas, un gran mural en la estación del metro Parque O´Higgins titulado Las cuatro reinas de Chile. Hace unos meses preparo otro mural que también tiene que ver con el mosaico en la estación Lo Valledor de la nueva línea 6".

¿Quién es tu maestro en el muralismo?

Yo me siento muchas veces como un autodidacta que fue a la universidad. Nunca tuve una formación formal como muralista; en Chile eso no existe. No tuve maestros. Sí, muchísimos referentes importantes. Un verdadero espectro variopinto de artistas me han inspirado y movido hacia adelante: desde los viejos estandartes del muralismo latinoamericano hasta el arte psicodélico y los comics, osea desde Rivera y Orozco hasta Moebius. He transitado por hartos caminos, recogiendo algo aquí y algo allá. Eso es algo bueno de nuestra época, no hay que quedarse con una sola línea. Yo prefiero fluctuar y permear distintas perspectivas.

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Pierce en el proceso de pintura del mural del nuevo bar Liguria del barrio Lastarria.[/caption]

¿Cómo llegaste a pintar el mural en el nuevo bar Ligura?

No fue fácil. El diseño interior del Liguria fue hecho muy minuciosamente y no era llegar y pintar cualquier cosa allí adentro. Carola Peña y Karina Berrier –dueñas del Bazar de La Fortuna, a cargo del diseño del bar– querían algo que tuviera que ver con la gráfica de la calle pero tenía que calzar con lo que ellas tenían en mente para la ambientación. Algo que en el momento me costó entender pero que ahora veo que tiene mucho sentido, obviamente. Hubo que ponerle mucha cabeza y harto trabajo en bocetos previos para llegar a una propuesta que nos dejara satisfecho a todos.

¿Qué buscas expresar con tu trabajo?

¡Soy muy ambicioso, quiero decirlo todo! Quiero reelaborar la historia de América Latina, quiero movilizar conciencias, quiero reencantar a las personas con el arte y la pintura, quiero combatir la brutalización cultural a la que nos tienen sometidos. Una vez estaba pintando en algún punto de Santiago y pasó una niñita de unos 6 años con su mamá. La niña me preguntó: ¿Qué estás haciendo? Una pregunta muy común, hecha por chicos y grandes, cuando uno pinta murales en la calle. Yo le respondí lleno de orgullo: "¡Estoy cambiando el mundo!". Y es la pura verdad. Así me siento.

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