Conocimiento e Innovación: Y ahora, ¿qué se viene?

La primera Semana Internacional de Transferencia e Innovación (SITI). Entre el 6 y el 10 de noviembre, se logró reunir a más de 40 líderes mundiales y representantes de 27 países que debatieron en torno a las perspectivas globales en la transferencia de conocimiento y tecnología. ¿Las principales conclusiones? La urgencia por la gestión adecuada del conocimiento y el desarrollo del capital humano son clave.


Hace algunas semanas, Chile vivió una experiencia única en torno a la innovación y la tecnología con la realización de la primera Semana Internacional de Transferencia e Innovación (SITI).

Entre el 6 y el 10 de noviembre, se logró reunir a más de 40 líderes mundiales y representantes de 27 países que debatieron en torno a las perspectivas globales en la transferencia de conocimiento y tecnología, la necesidad de diversidad e inclusión en el ecosistema y la búsqueda de referentes de medición de impacto y financiamiento público para construir un modelo de desarrollo sostenible, entre otros temas.

Quienes fuimos parte de este evento conocimos, compartimos e intercambiamos valiosas experiencias y puntos de vista. Y tras hacer un balance, lo más importante ahora es dar continuidad a los temas planteados como relevantes, para que podamos definir una hoja de ruta que nos permita seguir trabajando en el corto, mediano y largo plazo para avanzar en la implementación de la Estrategia Nacional de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación entregada el 2022.

Si tuviéramos que identificar cuál es el elemento crucial para lograr todo esto, el conocimiento es el primero en la lista y una base para lo que viene después.

Alrededor del mundo, y también en Chile, se está transitando hacia una sociedad basada en el conocimiento, porque a partir de aquí es donde nacen las ideas y conceptos disruptivos que impactarán positivamente dentro de las comunidades.

Hay varias tareas complementarias que son necesarias concretar para que este propósito funcione. Lo primero es contar con un framework o marco que permita transferir e intercambiar ese valioso conocimiento entre las distintas entidades del ecosistema. Lo que pudimos ver en el encuentro con exponentes internacionales, con las experiencias y el feedback recibido con el ejemplo de otros países, es que para acelerar los impactos de la ciencia y la tecnología, es clave no sólo disponer de una hoja de ruta para tener claro hacia dónde queremos ir, en qué plazo y cómo, sino en cómo se gestionará e implementará dicho plan.

Este plan debería sentar las bases para temas como, por ejemplo, tener los incentivos adecuados para acelerar la investigación aplicada y emprendimiento desde las universidades; también un marco de propiedad intelectual que se ajuste a la velocidad, estructuras y modelos de negocios actuales, que a su vez sirva como una plataforma que dé una estructura para acelerar la colaboración, donde cada parte que aporta sea reconocida por los aportes que realiza y condiciones adecuadas para fortalecer la vinculación y fomentar la inversión del sector privado en I+D+i entre otros.

Además, este marco debe ser lo suficientemente flexible como para fomentar la colaboración de valor entre todos los actores involucrados, promoviendo que podamos comunicarnos, relacionarnos con fluidez y crear valor en conjunto. Esto incluye considerar y poder gestionar las capacidades disponibles dentro del gobierno, la academia, las universidades, los centros de investigación, las empresas, los emprendedores y la sociedad civil, ya que cada uno de ellos tiene algo que aportar para el resultado final.

El conocimiento es la base de la economía y el motor que mueve la producción, tal como lo fueron antes el petróleo o la energía.

¿Cómo seguimos entonces? En el corto plazo, estamos trabajando en la elaboración de un documento que nos ayude a clasificar las ideas que se levantaron durante la semana y dividirlas en plazos de ejecución, que sirva como insumo para poder articular una hoja de ruta que incorpore los elementos mencionados, además de otros que son necesarios para acelerar el camino de desarrollo e implementación de las nuevas soluciones basadas en ciencia y tecnología que el mundo necesita.

Lo más relevante de todo este proceso es internalizar la idea de que ahora el conocimiento es la base de la economía y el motor que mueve la producción, tal como lo fueron antes el petróleo o la energía.

Hoy en día el talento es la fuente por la cual se genera el conocimiento que luego se traduce en tecnologías, soluciones, emprendimientos, datos, desarrollo de Inteligencia Artificial e información que funciona como oxígeno para el crecimiento de todo tipo de planes y proyectos. Por eso, es crucial invertir en nuestro capital humano antes que todo, cuidar a las personas e invertir en áreas como educación, alimentación, salud, etc. En caso contrario, no tendremos base sólida para resolver los desafíos actuales con una mirada mucho más sustentable y sostenible, y así llegar donde queremos ir .

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