Derrotas electorales que derivaron en tragedias financieras
Carolina Tohá está al borde de ser parte del grupo de figuras políticas que, además de tener que olvidar un fracaso electoral, han tenido que hacerse cargo de su propia crisis económica. Los casos de Carolina Goic y Catalina Parot son los más conocidos.
“La política es sin llorar”, reza una de las máximas de este oficio, frase que se le atribuye a Andrés Allamand (RN). Sin embargo, perder una elección no solo duele en lo político y en lo emocional, a veces se traduce en una catástrofe financiera.
Vender propiedades y endeudarse con algún banco son algunas de las opciones. Al menos los que ganan pueden cubrir ese pasivo con sus ingresos fiscales que, en todo caso, después del estallido social fueron rebajados y ya no brindan tanto alivio.
En las leyendas urbanas de la política los casos más conocidos son los de la exsenadora Carolina Goic, quien salió quinta en las elecciones presidenciales de 2017, y de la exministra Catalina Parot (Evópoli), quien salió cuarta en la carrera a gobernadora metropolitana en 2021.
La extitular del Interior Carolina Tohá (PPD), en tanto, está al borde de ser parte de este grupo de figuras políticas que, además de tener que olvidar una derrota electoral, han tenido que hacerse cargo de su propia crisis económica.
Al menos, hasta el lunes 11 de agosto tiene plazo el administrador electoral de Tohá, José Toro (PPD), para presentar ante el Servicio Electoral (Servel) la cuenta general de ingresos y gastos de su frustrada campaña presidencial, por lo tanto, aún hay margen para atenuar el pasivo.
En las elecciones primarias del pasado 29 de junio, Tohá salió segunda con 385.611 votos (28,08%), a varios cuerpos de distancia de Jeannette Jara (PC), quien logró 826.417 sufragios (60,16%).
Si bien estos comicios preliminares nunca han estado cubiertos por el financiamiento fiscal, las fallidas proyecciones de su equipo y el PPD -donde apostaban a que su candidata no solo ganaría las primarias, sino que también pasaría a la segunda vuelta presidencial- se tradujeron en un golpe a las estimaciones financieras de la campaña.
Muchas veces los políticos que van a primarias y que creen que pueden ganar proyectan contratos a largo plazo, bajo el supuesto de que en primera y segunda vuelta presidencial tendrán un mayor retorno por los reembolsos fiscales, que hoy ascienden a $ 1.535 por voto para el candidato(a) y otros $ 575 al partido donde milita.
El problema es quedar eliminado en la primera ronda y sacar menos votos de lo presupuestado.
En el caso de Tohá, según admiten dirigentes del PPD, la deuda -por boletas, facturas y compromisos contraídos en las primarias- asciende a cerca de $ 176 millones, por ahora.
El inconveniente de la excandidata se agrava porque los partidos que la apoyaron no están en su mejor momento económico. Incluso, en el mismo PPD, algunos dirigentes temen que es probable que ese saldo negativo tenga que ser asumido por la propia Tohá.
Este pasivo, en todo caso, aún está en una etapa de documentos impagos y aún no se traduce en la necesidad de solicitar un crédito.
Todavía, al parecer, hay esperanzas de que el PPD, el PS, el Partido Radical y el Partido Liberal, que alzaron a la exministra como abanderada, ayuden a sacarla del pozo financiero.
En su declaración de patrimonio, al inicio de su campaña de precandidata, Tohá ya había reportado que no tenía ahorros ni inversiones. De hecho, informó que tenía un pasivo de $ 20 millones por un crédito de consumo y, como haberes, solo tenía un vehículo y cuatro inmuebles, de los cuales uno es un estacionamiento y otro una bodega.
Consultado por La Tercera, Toro, el administrador electoral de Tohá, prefirió no referirse al tema.
Deudas de campaña
En las elecciones presidenciales de 2017, la exsenadora Goic pasó por un trance parecido, pero al menos tuvo un mejor desenlace para ella.
En esos comicios, que se dirimieron en una segunda vuelta entre Sebastián Piñera y Alejandro Guillier, el quinto lugar de Goic, después de Beatriz Sánchez y José Antonio Kast, desmoronó el sueño del camino propio de la DC.
La exsenadora DC sacó 387.784 votos, lo que le permitió acceder a un reembolso fiscal de $ 407 millones. El problema es que ello no fue suficiente para cubrir los créditos bancarios que adquirió en esa campaña.
Según reportó ante el Servel, quedó con un pasivo de $ 231.736.006 que declaró como “monto no cubierto por votos”. Ello la obligó a asumir a título personal algunos créditos de consumo, que, debido a los retrasos e intereses, crecieron como bola de nieve.
Según su declaración de patrimonio, sus pasivos en abril de 2018 eran del orden de $ 126 millones. En abril de 2019 habían llegado al peak de $ 338 millones.
La DC, sin embargo, se comprometió a ayudarla, y desde entonces la deuda -que sigue vigente- ya tiene un plan de pagos viable y al menos ha ido bajando.
La exministra Parot también vivió su propia crisis financiera después de las elecciones regionales de 2021, en la que asumió como candidata a gobernadora, casi de emergencia, a petición de Chile Vamos y de algunas figuras como el propio Presidente Piñera y la entonces alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei.
Obviamente no estaba en los planes de Chile Vamos salir cuartos, detrás de Claudio Orrego (DC), Karina Oliva (Comunes-Frente Amplio) y Nathalie Joignant (ecologista).
La crisis electoral de la derecha de aquellos años, acentuada además por la menor participación producto de la pandemia, golpeó a la candidatura de Parot, quien sacó 384.171 votos, lo que permitió obtener un reembolso fiscal del orden de $ 441 millones. El problema es que había pedido un crédito para la campaña de $ 733 millones, por lo que quedó debiendo casi $ 292 millones al banco.
El Servel validó su declaración de gastos y, al final, después de meses de pagos, la deuda quedó saldada.
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