Motorola Edge 30 Pro: el arribo a la gama alta

⭐⭐⭐⭐⭐

Hace años que la marca se mantiene muy cómoda en el rango medio del mercado de los smartphones, lugar que se ha ganado en Chile gracias a sostenidos lanzamientos para todos los bolsillos. Pero ahora se ha pegado el salto.




OK, lo confieso: tengo a Motorola en un lugar especial dentro de mi corazón. Mi primer televisor fue un Motorola blanco y negro, y desde entonces, a partir de distintos equipos y aparatos electrónicos, el tradicional logo y su marca han sido parte de mi vida. Desde que era la gran empresa de telecomunicaciones norteamericana (el primer celular del mundo, en 1973, fue un Motorola), pasando por su icónico celular almeja RAZR (de 2005), la separación de la compañía el 2011 (entre Motorola Solutions y Motorola Mobile), la compra de esta última por parte de Google el 2012 y, finalmente, una nueva venta el 2014, esta vez al gigante chino Lenovo, donde ahora tiene su casa.

Aunque la marca ha mantenido su esencia original, se reinventó en su posicionamiento global. Hoy, Motorola Mobile es una exitosa compañía que ha tenido sustantivos crecimientos durante la pandemia y que comparte una muy buena participación de mercado: tras la salida de LG, es la tercera marca de móviles más vendida en Estados Unidos. En Chile, la situación es prácticamente la misma.

Este lugar se lo ha ganado al consolidar sus dispositivos de gama media, con múltiples variables y a precios muy convenientes. Su sistema operativo es limpio, rápido y funcional, con muy buenas prestaciones técnicas dentro del rango. Ese es el nicho que han copado y no les ha ido nada de mal.

Pero tras los buenos resultados de los últimos años, Motorola ha decidido apuntar más alto. No sólo presentó este 2022 su primera tienda física en Chile (ubicada en el Mall Plaza Vespucio): además trajeron su nuevo dispositivo, el primero que quieren posicionar hacia la gama alta: el Motorola Edge 30 Pro. Vamos a conocerlo en detalle.

Especificaciones:

  • Pantalla: OLED Max Vision de 6.7″ (relación 20:9)
  • Resolución: 1080 x 2400 / Tasa de refresco: 144 Hz
  • Dimensiones: 163 x 75,9 x 8,79 mm
  • Peso: 196 grs
  • Procesador: Qualcomm Snapdragon 8 Gen 1 (4 nm)
  • Memoria: 12GB RAM
  • Almacenamiento: 256GB
  • Cámaras traseras: 50 MP, f/1.8, OIS / Gran angular: 50 MP, f/2.2, 114º Profundidad: 2 MP, f/2.4
  • Cámara frontal: 60 MP, f/2.2
  • Batería: 4800 mAh / Carga rápida de 68W
  • Sistema operativo: Android 12
  • Conectividad: 5G, WiFi 6E, Dual SIM, Bluetooth 5.2, NFC

Buen tamaño y liviano, aunque con botones lejanos

Al momento de sacar el dispositivo de su caja, lo primero que llamó mi atención fue su ligereza, diseño y color. La construcción es plástica y el tono de su chasis es un hipnótico “verde cósmico” (nombre del fabricante), que de verdad es muy agradable a la vista. Su diseño resulta muy funcional, con una gran pantalla que ya analizaremos.

Dentro de la caja también nos encontramos con un potente cargador de 68W (que además incluye carga inalámbrica), el cable USB correspondiente y la clásica cubierta transparente de silicona protectora.

De frente, como decíamos, tenemos una generosa pantalla OLED de 6,7 pulgadas. Es un celular de gran tamaño, largo y ancho, aunque pesa menos de 200 gramos. Al explorarlo con los dedos viene la primera interrogante: en el lado derecho del modelo están los típicos botones de encendido y lector biométrico (power button) como también los de volumen. Pero curiosamente, Motorola decidió ponerlos casi al extremo superior del costado, por lo que hay que estirar mucho los dedos para llegar a presionarlos, lo que no resulta muy cómodo. Curiosa decisión.

El costado izquierdo es limpio y la cara trasera del teléfono presenta un diseño muy característico de Motorola, con bordes laterales más bien curvos, el logo de la marca al medio y el nombre abajo. El módulo para los tres lentes es de tamaño más bien mediano y abajo está lo tradicional: la bandeja para la tarjeta SIM, una entrada USB-C y uno de los dos parlantes estéreo con Dolby Atmos. Pero no hay entrada de audio mini jack, como ya se ha hecho costumbre en esta gama.

Gran pantalla y mejor rendimiento

Es rico el Edge 30 Pro. Se siente agradable y liviano en la mano, con un diseño que representa la onda visual de la marca. La interfaz de Motorola es fluida y no presenta mayores problemas a la hora de administrar o configurar el teléfono. De hecho, permite una buena dosis de personalizaciones en todo sentido.

La combinación procesador-memoria-pantalla es un combo ganador. Por un lado, el Edge 30 Pro cuenta con el último procesador de Qualcomm, el Snapdragon 8 Gen 1. De hecho, la marca fue la primera en debutar en el mercado con este potente nuevo motor. Si a eso le sumamos sus generosos 12GB de memoria y su gran pantalla OLED, con una tasa de refresco adaptativa que es capaz de llegar a los 144 Hz (el estándar hoy para la gama es de 120 Hz), muy personalizable además, tenemos un rendimiento altísimo.

Lo sometimos tanto a las aplicaciones cotidianas —mensajería, explorador de internet, streaming— como a videojuegos de alta demanda, e incluso con las prestaciones seteadas a máxima capacidad, el celular no tuvo ningún sobresalto durante el periodo de prueba. Scrollear redes sociales fue un placer y los juegos corrieron rápido y fluido. Bien ahí.

El único detalle podría ser el brillo automático, no muy capaz de ajustarse a los cambios de luz ambiental. Un par de veces tuve que modificarlo de forma manual para adaptarlo correctamente a la luz que había en el momento.

Batería con carga rápida y fotos muy decentes

Resaltamos nuevamente el vasto alcance de personalización que ofrece el teléfono. Partiendo por las notificaciones pero también pasando por los temas, las formas de los íconos e incluso la elección de tipografías: todos esos detalles, muy al alcance de la mano, le otorgan una capa extra que hace que el dispositivo se sienta más único y propio.

Para bien o para mal, el sistema está constantemente dando tips para mejorar el uso del aparato. La batería, de 4800mAh, está a la altura y tiene en general muy buen rendimiento, con una carga que supera con creces la jornada de uso (dependiendo de la intensidad, claro). Si se usa siempre la tasa de refresco de 144 hz alcanza para un día, pero si se baja a 60hz puede llegar a casi dos. Además, su carga rápida garantiza que el celular puede estar siempre y rápidamente con algo de carga: en 50 minutos llega de cero a 100%.

Finalmente, el apartado de cámaras es decente y funciona bien en términos generales. Hay buenas especificaciones para macros, zoom o teleobjetivos en términos de cantidad de píxeles, pero claramente el sistema y el software fotográfico no están a la altura de otros modelos de gama alta —como los Samsung, por ejemplo— más allá de que incluya HDR10+, estabilización óptica, fotografía nocturna y grabación de video hasta en 8K. Pero es una opción para lograr ese anhelado equilibrio entre prestaciones y precio.

Veredicto Práctico

Seamos justos: con este modelo, Motorola efectivamente se ha pegado un salto sustantivo en pos de alcanzar la gama alta. Falta un poco todavía para llegar a la competencia más premium, pero eso incluso podría llegar a ser algo conveniente en cuanto al precio. Es sin duda un tremendo dispositivo, que se instala en una categoría de gama alta de entrada, por decirlo así, muy cercana a los tope de línea pero que, a diferencia de los otros fabricantes, no supera el millón de pesos. Este no es el caso.

En ese sentido, Motorola presenta aquí a su smartphone más poderoso y atractivo pero a un precio sumamente conveniente de acuerdo con sus especificaciones, presto para absolutamente cualquier tipo de usuario que quiera una experiencia premium sin tantos bombos ni platillos.

Nota: ⭐⭐⭐⭐⭐


Más reseñas de smartphones en Testeo Práctico


*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 5 de julio de 2022. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.