Para qué sirve realmente un reloj inteligente

Ilustración: César Mejías

Lentamente, los relojes inteligentes —o smartwatches— han ido ganando terreno y dejando de lado a los relojes análogos o los digitales tradicionales. Hoy, todo lo que se necesita en términos de información se puede saber tan sólo girando la muñeca.




Para toda una generación, la fantasía en términos de gadgets era el reloj de Dick Tracy, el legendario detective de las historietas, que le permitía comunicarse vía radio con la policía. Era 1946 y seguramente fue el primer smartwatch de la historia.

El primer smartwatch de la historia.

Varias décadas después, durante los ochentas, Casio se transformó en el sinónimo de los relojes digitales modernos de pulsera. Con múltiples modelos, la compañía japonesa innovó como nadie a la hora de generar funciones que fuesen más allá de la simple lectura de la hora, el cronómetro o la alarma diaria. Esa pantallita digital podía hacer mucho más. Fue así como comenzaron a aparecer novedosos modelos que permitían jugar videojuegos, hacer cálculos matemáticos o generar una melodía. Algunos incluso, los más modernos, podían recibir señales de televisión. Era el futuro.

Pero la evolución tecnológica de los relojes de pulsera fue más bien pasiva, remitida a calculadoras, conectividad básica y videojuegos muy primitivos. En el 2000, por ejemplo, IBM presentó un reloj que corría el sistema operativo Linux. Aunque algunos años más tarde, con la evolución de las redes móviles y los protocolos de transmisión de datos inalámbricos, como el Bluetooth, las posibilidades de los estos relojes se multiplicaron en todas direcciones. Por esos días, y vía la plataforma de crowdfunding Kickstarter, aparecieron los populares Pebble, que probablemente presentaban la mayor cantidad de atributos en un reloj para la época. Hacia el 2013, Microsoft, Acer, LG, Sony, BlackBerry, Qualcomm, Samsung y muchos más ya contaban con sus primeras iteraciones de relojes inteligentes. Y en abril del 2015, Apple lanzó su Apple Watch.

Hoy, muchas definiciones enfocan al smartwatch como un microcomputador “vestible” o wearable, que se puede usar tal como una prenda, aunque son más bien una extensión de nuestros teléfonos celulares. Lo cierto es que estos relojes inteligentes son capaces de traspasar en sus diminutas pantallas casi toda la información básica que uno puede necesitar, sin necesidad de encender el celular: ya sea revisar (y responder) mensajes de WhatsApp, chequear el clima, escuchar radio o música envasada, contar con un GPS, leer noticias e incluso realizar llamadas telefónicas (y hacerlas vía el mismo reloj). Además de, claro, jugar videojuegos.

Pero probablemente la funcionalidad más profunda y útil sea la del monitoreo físico. Ya sea para establecer rutinas de ejercicio, para saber las calorías que hemos consumido en la jornada o sencillamente para conocer cuántos minutos estuvimos activos, la evolución de este gadget ha ido transitando principalmente por esa avenida: la de la salud. Para algunos fabricantes, incluso, ese es el foco principal.

Termómetros, acelerómetros, podómetros, barómetros, altímetros compases, monitores de ritmo cardiaco, de consumo de oxígeno y hasta de estrés son parte esencial de las arquitecturas actuales de los smartwatches. En ese sentido, las posibilidades de seguimiento de actividad física pueden llegar a ser sumamente útiles en cuanto a control y data, pero también puede llegar a ser algo esclavizante.

El estándar actual de relojes inteligentes es más bien homogéneo, aunque con un atractivo porcentaje de crecimiento global. De hecho, según mediciones de la consultora Counterpoint, el mercado de los relojes inteligentes creció un 20% durante el último semestre, teniendo en cuenta, principalmente, a tres grandes actores: Apple, Garmin y Huawei.

La compañía de Cupertino acaba de anunciar en septiembre sus nuevas series 6 y SE para sus relojes inteligentes, que acaban de cumplir un lustro en el mercado. El diseño de los relojes de Apple siempre se ha centrado en un estilo más bien cuadrado y menos tradicional que su competencia, aunque como es de esperar, el ecosistema y el look & feel de la manzana está notablemente bien integrado en los controles del reloj, que a la larga funciona como una natural extensión de un iPhone. O incluso un Mac, que puede ser desbloqueado usando el Apple Watch gracias a su sistema operativo watchOS, hoy en su séptima generación.

El foco principal de estos relojes es la salud y la actividad física. Apple se ha encargado en sus presentaciones y eventos anuales de acentuar esto y asociar el uso del Apple Watch a un estilo de vida sano. Además, su sistema de mensajería nativa funciona muy bien, tiene correas intercambiables, llamadas de emergencia y hasta Siri, su asistente de voz, funciona de mejor manera. Es el smartwatch más vendido en el mundo, aunque sólo funcione dentro de su propio ecosistema.

Apple Watch S3


Para muchos, la tercera generación de relojes inteligentes creados por la compañía surcoreana es la mejor disponible en el mercado, en cuanto a funcionalidades, diseño y durabilidad. Viene en dos modelos basados en el tamaño —clásico y premium—, y en distintas tonalidades. Funciona con sistema operativo Tizen, posee compatibilidad para Android e iOS, carga inalámbrica y un procesador que garantiza un uso fluido y rápido, además de una duración de batería para al menos un par de jornadas y su tradicional bisel giratorio, que permite acceder a las distintas características del reloj.

Lo interesante de estos modelos es que su diseño busca parecerse lo más posible a un reloj tradicional de pulsera, con correas de cuero y otros detalles. Con una vasta suite de aplicaciones de monitoreo de salud y control de actividad física, pero con una apertura a un múltiple universo de aplicaciones de todo tipo —como la posibilidad de realizar y contestar llamadas telefónicas— y resistencia al agua y el polvo, el Galaxy Watch es una apuesta segura para sacarle provecho a un buen reloj inteligente.

Samsung Galaxy Watch Active 2


La compañía norteamericana asociada a gadgets de actividad física, y con base de operaciones en San Francisco, desde el 2007 ha logrado posicionarse exitosamente en este mercado, gracias a múltiples modelos de muñeca que, como es de esperar, efectivamente ponen su foco en todos los detalles relacionados al fitness. De hecho, según un reporte de la consultora IDC publicado en marzo de este año, Fitbit es hoy la quinta compañía de “vestibles” más grande del mundo, con un aumento sostenido de ventas año a año. Nada de mal.

Fitbit posee múltiples modelos disponibles de acuerdo a las necesidades de los usuarios, pero quizás el que más destaca sea el Fitbit Sense, el más avanzado de todos. Una de sus grandes novedades es contar con el primer sensor EDA del mundo, para ayudar a controlar el estrés, junto con poseer una avanzada tecnología de seguimiento para la frecuencia cardíaca y un sensor de temperatura de la piel en la muñeca. La marca asegura que su batería alcanza una duración de más de seis días. Con distintos diseños, desde relojes hasta pulseras, la familia Fitbit incluye asistencia de voz vía Google y hasta servicios de suscripción para un monitoreo aún más acucioso, desde sesiones de meditación hasta detalladas métricas de bienestar personal.

Fitbit Charge 4


La marca china por cierto que también ha tenido un crecimiento explosivo en los gadgtes “vestibles”: hoy ya es el tercer actor más relevante del mercado, en parte gracias a la popularidad que ha tenido en mercados clave su modelo GT 2e, que posee su propio procesador Kirin, su sistema LiteOS y se ofrece como un “entrenador personal en la muñeca”, con cientos de rutinas deportivas y una batería de hasta dos semanas de duración.

Junto a ese modelo, Huawei cuenta con distintas versiones de wearables de muñeca, como la colorida línea intermedia Watch Fit.

Huawei Watch GT 2e


La multinacional de origen norteamericano, conocida originalmente por sus aparatos de GPS, hoy es un actor clave en el mercado de los “vestibles”, especialmente los vinculados al mundo deportivo. No por nada están en el segundo lugar en cuanto a participación de mercado, sólo detrás de Apple.

Su Garmin Fenix 6 Pro Solar es el reciente tope de línea, un reloj multideportivo con GPS integrado (obvio) y múltiples sensores de actividad física y cardíaca, junto a sesiones de entrenamiento, mapas y rutas deportivas, streaming de música, pago (sin contacto) de compra. Tal como su nombre denota, se alimenta a través de carga solar, lo que según la marca puede extender la duración de su batería hasta por tres semanas.

Garmin Fenix 6 Pro Solar


*Los precios de los productos de este artículo están actualizados al 28 de septiembre de 2020. Sus valores y disponibilidad pueden cambiar.

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