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Aldo Magnasco: "En crisis es cuando las empresas deben invertir"

Siempre dicen que las empresas familiares no sobreviven a la tercera generación, sin embargo, Monarch ha demostrado ser la excepción a la regla. Esta empresa chilena que fabrica calcetines, entre otras cosas, ha logrado sobrevivir 79 años, desde que en 1937 fue fundada por el inmigrante italiano Juan Magnasco.

Sobrevivieron en tiempos de la Unión Popular (UP) y luego, con la apertura unilateral del comercio y la arremetida de China, pudo mantenerse en pie. Hoy hacen frente a la desaceleración económica por la que está pasando el país, la que a diferencia de muchas otras empresas no los tiene inmovilizado.

Gracias a ventas de unas 18 millones de prendas al año, un crecimiento del 38% en los últimos tres años y un aumento del 13% en la tasa de producción anual, la compañía textil ha podido cumplir la estrategia de seguir invirtiendo en nuevas maquinarias y crear una tienda nueva en el terminal de buses en Valdivia. Todo a la espera de que cuando las cosas se mejoren sigan siendo el número 1 por haberse mantenidos activos durante la crisis, explica Aldo Magnasco, hijo del fundador y director comercial de Monarch, quien agrega que “en las crisis es cuando hay que invertir, porque de iniciar una bonanza quien esté actualizado parte con una inmensa distancia, imposible de revertir”.

Así es como actualmente Monarch busca ganar ventaja, tal cual cómo lo hicieron en 1973: “En la época de la UP el dólar estaba barato, entonces trajimos un montón de máquinas. Después cuando partió el boom, nosotros teníamos puras máquinas de última generación y la competencia seguía con máquinas de años atrás. Conclusión: nos comimos el mercado en dos años y quedamos dueños”, cuenta  Magnasco.

Nuevamente Monarch está dispuesto a sacrificar para priorizar las necesidades del consumidor, tal cual como lo hicieron años atrás con la entrada de China al país y la amenaza de la llegada de productos muchos más baratos. Mientras todas las fábricas textiles de Chile fueron cayendo, Monarch logró reinventarse: “Aunque nos salga más caro traer de China o Vietnam, entregamos un servicio. Sólo fabricando en Chile podemos responder a nuestros consumidores de forma expedita y mantenernos a la moda, a diferencia de la competencia que tiene que esperar meses para que lleguen los contenedores”, asegura Magnasco.

Imperativo que la empresa mantiene hasta el día de hoy. “Nosotros vendemos moda, no calcetines”, enfatiza Magnasco, lo que los obliga a renovarse constantemente para estar respondiendo continuamente a las tendencias -por lo menos tres veces al año cambian el muestrario-, aun así cuando actualmente no estén creciendo en los márgenes de utilidad debido a los mayores costos: “No hemos podido traspasar a precios toda la belleza que estamos haciendo, pero el consumidor es el objetivo final, la crisis implica compras menores, pero los deseos de calidad y moda se mantienen con y sin crisis y, nuestro norte es satisfacerlas”, recalca Magnasco.

Y añadió; “Hay que tener claro que todo empresario debe pasar en su trayectoria de buenos y malos momentos, si no fuera así, todos serían empresarios. Hay que estar dispuesto a ganar y perder. Nosotros sabemos que este año no ganaremos plata”.

Aconseja anticiparse siempre a las crisis para no enfrentarlas cuando ya se esté en medio de ella, manteniendo un estricto orden financiero y un control muy acucioso de inventarios, sin endeudarse o despedir personal.

Por lo menos así es como Monarch ha logrado sobrevivir a estas tres generaciones: “Las empresas quiebran por falta de dinero y excesos de inventario implican directamente la falta de caja y el punto inicial del final”, añade.

“Conocíamos el programa de Gobierno y sabíamos que iba a ser muy difícil de instalar en Chile y que iba a tener un costo muy alto. Y como tal nos preparamos para la crisis, entonces hicimos las inversiones justas, no crecimos lo que deberíamos haber crecido y nos dedicamos a afianzarnos para estar preparados para la crisis”, agrega.

Por lo mismo, así como siguen invirtiendo para mantenerse a tope en su rubro base, los calcetines, también han debido detener proyectos complementarios, como la ropa interior.

“Las empresas como norma son para perdurar en el tiempo, entonces, la idea del empresario es siempre mirar el mediano y largo plazo, y eso es que los calcetines se están usando y pasado la crisis se seguirá usando”, concluye.

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