En Chile todavía no tenemos ningún chef que posea una estrella Michelin. Es más, tampoco un restaurante.  Lo más cercano que estamos del firmamento creado por Michelin, es a través del Arola, del Ritz Carlton. Su dueño, Sergi Arola, sí tiene de estas estrellas pero en sus restaurantes en Barcelona y Madrid.

Aunque  no vive en Chile, sí capacitó al equipo que tiene a cargo en nuestro país haciendo réplica de sus platos,  fusionándolos con sabores nacionales.

En definitiva, no es fácil alcanzar uno de estos codiciados emblemas de la gastronomía. Más en Chile, donde los inspectores no llegan.

Pero ¿cómo realmente seobtienen estas estrellasMichelin?

La guía Michelin  fue creada en el año 1900 por André Michelin en Francia y era una guía publicitaria, que se ofrecía por  la compra de neumáticos.  A  partir de 1920 aparecen en ella los restaurantes por primera vez. Luego, empiezan las rondas de los primeros inspectores anónimos. En el año 1926 aparece la estrella para designar a los mejores restaurantes, y en el año 1931 aparece la clasificación con 1, 2 y 3 estrellas.

La  labor de los inspectores de la guía comienza en la puerta del restaurante. Se evalúa desde la fachada y el acceso al lugar y cada detalle: si hay personal que recibe a los comensales, el espacio en sí, su decoración y comodidad.

El siguiente paso es la carta donde se ve su variedad y  magnitud, la prolijidad de los platos en su elaboración. Y, por último,  la atención.

El anonimato de estos inspectores es esencial ya que sin él, no se puede realizar correctamente el trabajo. Aún así, son muchos los cocineros en España o Francia que conocen a varios inspectores. Es que a veces se tienen que identificar después de una comida  para solicitar otra información técnica, sobre el restaurante, para así incluirla en su informe.

Los inspectores, visitan unos 250 restaurantes al año, además de bares, casas rurales, hoteles, etc. Tienen que recibir cursos de capacitación que duran cerca de  seis meses y cuando ya están preparados, realizan sus primeras salidas. Siempre acompañados por  inspectores seniors o experimentados que valorarán los informes que hacen para comprobar si han aprendido los criterios y pueden evaluar los establecimientos que visitan.