Conflictos en la Araucanía dejan sin seguros a sus empresarios

La Araucanía es desde años una zona en la que se vive un intenso conflicto que ha enfrentado a las comunidades mapuches con el Estado. Los efectos de esta lucha no sólo se evidencian en enfrentamientos armados entre carabineros y miembros de estas comunidades, sino también en ataques a agricultores de la zona que terminan con sus equipos agrícolas y propiedades totalmente quemados, corriendo riesgo incluso sus vidas.
La intensidad del conflicto y mayor frecuencia de este tipo de siniestros ha llevado a medidas severas por parte de las compañías de seguros, agudizando la sensación de inseguridad.
Algunas de ellas derechamente han dejado de entregar nuevas coberturas -salvo raras excepciones- para aquellos bienes que se encuentran en las zonas donde el conflicto se vive más intensamente, como por ejemplo, Padre Las Casas. Otros sectores afectados por esta medida son las comunas de Angol, Purén, Los Sauces, Traiguén, Victoria, Collipulli, Nacimiento, Cañete, Contulmo y Tirúa. Estos últimos cuatro pertenecientes a la región del Biobío.
Desde Montealto corredora de seguros, el subgerente de negocios y siniestros de la firma, Manuel Achondo afirma que “lo que vemos es que se han extendido las zonas donde no se asegura. Antes eran zonas riesgosas pero que podían serlo también por otras condiciones, como por ejemplo que estuvieran cerca de volcanes o zonas muy lejanas, fuera de Chile continental. Pero hoy lo que se está viendo es que se excluyen las zonas denominadas como totalmente mapuche”.
En la corredora de seguros Marsh, confirman dicha percepción: “todas las compañías de seguros tienen restricciones para dar cobertura en la zona de conflicto, especialmente para equipo móvil y camiones”. Manuel Achondo agrega que “se han extendido las exclusiones de cobertura tanto para riesgos habitacionales, comerciales y maquinaria pesada como tractores. Por ejemplo, lo último que hemos visto es que ya no se aseguran casas. Antes se aseguraban para cualquier cosa, pero se excluía actos terroristas. Ahora no se aseguran para ningún tipo de riesgo”. Así, afirma el ejecutivo de Montealto “el mercado ha sido más duro”. Situación que advierte podría mantenerse de no encontrarse una solución definitiva al conflicto mapuche.
Un fenómeno que complica a los empresarios y residentes de dichas zonas. Según el secretario general de Sociedad de Fomento Agrícola de la región (Sofo), Andreas Köbrich, lo grave es que la exclusión va “aumentando a comunas sin que hayan tenido ningún problema, incluso estando lejos. Hay zonas que están sumamente bien definidas como Manuel Rodríguez, Vida Nueva, Chequenco, Chihuaihue, donde hubo hostigamiento y quemaron casas, pero hay otros sectores donde solamente hubo un atentado. Cuando no hay una demostración de que verdaderamente esa zona será afectada de forma permanente de situaciones de violencia, entonces, no se justifica”.
MAYOR RIESGO, MAYOR COSTO
La razón de las severas medidas adoptadas por el mercado es la alta probabilidad y frecuencia de que ocurran este tipo de siniestros. De acuerdo a las cifras entregadas por el fiscal regional Francisco Ljubetic, durante 2012 las denuncias correspondientes al conflicto mapuche aumentaron en 76,9%, con 299 denuncias ingresadas correspondientes a su vez a 335 delitos.
Para quienes renuevan cobertura, la posibilidad de cubrir estos riesgos se traduce en mayores costos. En efecto, según señalan en Marsh “las tasas aumentaron en un 40% para clientes menores en renovación”. En este sentido, el gerente general de la corredora de seguros Lilienfeld, Renato Lilienfeld, afirma que “asegurar un aserradero en la zona de conflicto y el mismo aserradero en la zona de Rancagua definitivamente no cuesta lo mismo. Es notorio (la diferencia) sin lugar a dudas”.
Desde Marsh agregan que “en relación a cobertura de incendio y adicionales, es más restrictivo aún, ya que se suma el riesgo agrícola o turístico-ocupación temporal (falta de protección en caso de incendio,bomberos,carabineros,etc.)”
Independiente a que el conflicto ha escalado en los últimos meses -cobrando incluso la vida del matrimonio Luchsinger-, entre las aseguradoras manifiestan que esta restricción se mantiene desde hace ya un tiempo. En Montealto precisan que este endurecimiento en las condiciones se evidencia desde hace un año y medio, mientras que otros hablan de casi 5 años.
Esta realidad ha llevado a que sean las empresas las que estén invirtiendo en seguridad, lo que permite en ciertos casos lograr alguna cobertura. Para Lilienfeld precisamente este es uno de los factores que entran en juego. “Si se tiene una industria de madera ubicada en un determindo sector, con tales medidas de seguridad, con guardias, cerco eléctrico, etc., entonces, hay argumentos para convencerlo (a la compañía de seguros) de que un riesgo sí es factible de asegurar aun cuando esté en una zona de conflicto”. Lilienfeld recuerda que existen otros países con fuertes conflictos donde sí existen coberturas. “En Irán, Iraq y en Afganistán hoy se consigue cobertura de transporte para esos países, incluso cobertura de secuestro, pero previo a un análisis caso a caso con la información y suscripción técnica correspondiente”, asegura el ejecutivo.
El proceso para asegurar un bien o propiedad es también hoy más lento. Lilienfeld reconoce que este proceso es difícil. Así, señala que, por ejemplo, para concretar una cobertura “el aserradero en Rancagua probablemente tomará 4 semanas, ese aserradora en la zona de conflicto puede tomar 3 meses”.
La falta de cobertura es un tema que no sólo tiene implicancias en caso de siniestros, sino también en la capacidad de producción de la zona. Köbrich afirma que para ser una país competitivo “uno utiliza las herramientas tecnológicas o económicas al alcance. En ese escenario, pasar a ser productivo y competitivo sin tener acceso a seguros contra maquinarias, construcciones, casas, claro que es una condición muy difícil”.
Debes saber
¿Qué ha pasado?
Las aseguradoras han decidido en general dejar de entregar cobertura en la zona de conflicto mapuche.
¿Por qué ha pasado?
El conflicto en la Araucanía ha escalado en violencia e intesidad, convirtiéndose en una riego que las compañías no están dispuestas a asumir.
¿Qué consecuencias tiene?
Propiedades y bienes materiales como equipos móviles y maquinaria pesada quedan sin cobertura, dificultando el trabajo de los empresarios de la zona.
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