EEUU debate sistema electoral luego de que Hillary Clinton perdiera a pesar de ganar en voto popular

Estados Unidos debate su sistema electoral indirecto –con un colegio electoral donde la cantidad de electores de un estado depende de su población– el luego de que la demócrata Hillary Clinton perdiera la elección presidencial de este martes a pesar de tener más votos que su contrincante, Donald Trump.
A nivel nacional, la ex secretaria de Estado obtuvo alrededor de 400.000 votos más que el republicano, según resultados provisionales de la prensa local. Un número marginal, comparado con los 130 millones de votos depositados en las urnas, pero representan una mayor popularidad para Clinton, con 60,4 millones de sufragios frente a los 60 millones obtenidos por el presidente electo.
En un sistema de democracia directa –como el que existe en Chile–, la ex primera dama hubiese ganado con un 48% de los votos, sobre el 47% de Trump.
“Esto plantea una interrogante: ¿hasta qué punto nuestro sistema es democrático?”, dice el profesor de ciencia política de la Universidad de Columbia, Robert Shapiro. Si la regla de que una persona es igual a un voto, señala, es el pilar de la democracia, el sufragio indirecto la modifica.
Desde Stanford, el profesor de sociología Douglas McAdam señaló en CNN que el sistema de colegio electoral “debilita el principio de igualdad política”. “En un sistema de grandes electores, un voto no pesa lo mismo que otro. Los votos de los estados clave, que son una media docena y deciden la elección, cuentan más que los votos ganados en los estados claramente republicanos o demócratas”, explicó.
Una petición en el sitio Change.org –que hasta el sábado contaba con 3,5 millones de firmantes– reclama que el colegio electoral elija a Clinton por sobre Trump cuando se reúna el 19 de diciembre. Los grandes electores podrían elegir a Clinton, bajo el castigo de pagar una “pequeña multa”, dicen los promotores de la petición, si consideran al polémico republicano “inapto” para gobernar.
Aunque es técnicamente posible que esto ocurra, porque los electores son elegidos cuidadosamente por los partidos y su voto es sólo una formalidad.
Una reforma al sistema electoral requeriría una modificación a la Constitución, según Shapiro. Sin este cambio, los estados podrían adoptar leyes para atribuir sus grandes electores a los candidatos que hayan obtenido más votos a nivel nacional, aunque este tipo de iniciativa no ha dado hasta ahora ningún resultado.
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