El nuevo dueño de la salud pública en Chile




Es de los ejecutivos más controversiales de la administración Piñera. Desde que asumió la dirección del Fondo Nacional de Salud (Fonasa), hace casi dos años, Mikel Uriarte (55, casado, cuatro hijos) no ha dejado de estar en la palestra. Lo han tildado de “aparecido” por su casi nulo historial académico y laboral en temas de salud. Lo han llamado “siniestro” por utilizar -supuestamente- métodos poco ortodoxos para fiscalizar y recuperar los dineros perdidos. Y hace poco, a propósito de que Fonasa recuperó el rol presupuestario, lo sindicaron peyorativamente como el verdadero amo y patrón del sector salud… “Mikel pasa la aplanadora, mientras el ministro Mañalich gasta su tiempo en tratamientos para bajar de peso”, llegó a decir el Frente Defensa Salud en uno de sus blogs. Él, que a estas alturas ya viene de vuelta, se ríe de todo. A ratos se queja de la crítica mal intencionada. Pero en el fondo confiesa que nunca lo ha pasado mejor en su vida.

Le pidieron gestión y eso es justamente lo que ha hecho. “Algunos podrán tener su opinión respecto de la forma, pero los resultados saltan a la vista”, señaló a PULSO. Quizás lo más relevante tiene que ver con las históricas listas de espera del Auge. En dos años dejó en cero las 380 mil que se venían arrastrando desde la administración Bachelet. Eso, sin descuidar los dos millones de garantías normales de cada año.

En materia de gestión propiamente tal, introdujo mecanismos para transparentar la información registrada por los hospitales; estableció sistemas de monitoreo en línea de todas las actividades comprometidas, a fin de pagar lo que efectivamente se realiza; e introdujo mecanismos de pago a los hospitales en base al cumplimiento efectivo de los casos, con nombre y apellido del asegurado, y no a remesas globales. Dicho mecanismo hoy está extendido a todas las actividades similares, lo que ha contribuido a una mejoría en la gestión y en el endeudamiento hospitalario.

Un privado al poder

A diferencia de sus antecesores, Uriarte fue investido con todos los poderes para negociar los presupuestos de salud a nombre del Estado cuando asumió en Fonasa. Fue el propio ministro Jaime Mañalich quien en un intento por hacer las cosas de forma más eficiente, decidió convertir al organismo en el único recaudador y pagador, usando el argumento de que la ley faculta al servicio, dado que administra los seguros de salud de 12,7 millones de beneficiarios.

En una entrevista concedida a revista Capital, Mañalich habló de la crisis del sistema público y dejó claro el papel de Uriarte. “hagamos lo que corresponde a una empresa de esa magnitud, démosle un director potente, como es Mikel Uriarte, que sabe de la materia; gestionemos cambios como la huella digital, la licencia médica electrónica, la recaudación eficiente, de manera que Fonasa recaude lo que corresponda, cobre lo que corresponda y pague lo que corresponda”. Qué le han dicho. En dos años no ha parado. Licitó camas a precio integral, licitó las prestaciones Auge y obtuvo un conveno marco con una base amplia de oferentes en todo el país. Con ello, logró la tan ansiada complementariedad público-privada. Asimismo, en aquellos hospitales congestionados puso en operación el Bono Auge, que a poco andar se convirtió en una gran motivación para resolver los problemas dentro de los hospitales públicos.

Su trayectoria

Ingeniero comercial de la Universidad Católica de Chile y Master en Dirección de empresas de la Universidad de Deusto, en España, Mikel Uriarte es un hombre de empresa. Aunque siempre le ha gustado la cosa pública y era algo que tenía pendiente desde hace años, casi toda su carrera profesional la desarrolló en el mundo privado. Comenzó como analista de servicios de estudios económicos en el Banco de Bilbao, en España. Y luego, al regresar a Chile, se sumó a las filas del Banco de A. Edwards, como subgerente de planificación y estudios. En 1980, en pleno gobierno militar, es nombrado intendente de la Superintendencia de Valores y Seguros, cargo que ocupó hasta 1984.

Tras esa experiencia volvió a privatizarse, fundando, entre otros, Mapfre Reaseguros e Iberoasistencia. Ambas para Argentina y el Cono Sur.

En 1996 se convierte en ejecutivo clave del grupo Angelini,  asumiendo con los años posiciones de presidente, ejecutivo y fundador de varias empresas del grupo. Durante ese período, también ocupó cargos de director en distintas sociedades anónimas. Su mayor figuración pública, y por lo que la gente más lo recuerda,  la tuvo mientras fue presiente de la Asociación de Aseguradores de Chile y vicepresidente Mundial de la Asociación de Aseguradores Privados.

Tras dejar el grupo Angelini, el año 2010, fundó CESCE Chile, Aseguradora de Crédito y Garantía (Filial de CESCE España), responsabilidad que tuvo que abandonar para concentrarse en su nuevo mandato.

La entrevista

De usted se ha dicho de todo. Que poco y nada sabe de la industria de la salud y que está ahí por ser un “Cato boy”. Que  sus métodos para mejorar la recaudación de dineros han sido poco ortodoxos, que ha extorsionado a directores de hospitales, ejecutivos de laboratorio  con prácticas matonescas...

-Todo eso me da lo mismo. Yo tengo mi conciencia tranquila. Todo lo hemos hecho en el marco de la ley y con el objetivo de cambiarle el rostro a esta organización. Yo no creo que haya que ser médico para liderar un ministerio, una superintendencia u otro organismo relacionado con salud pública. Es más, ni siquiera creo que haya que ser un experto en salud para estar a la cabeza de una institución como Fonasa. .. Ahora, debo confesar que cuando el ministro Larroulet me llamó para ofrecerme el cargo yo me sorprendí y le dije que yo no tenía nada que ver con eso. Y él me dijo “te equivocas. En Fonasa necesitamos gestión y en eso tú te peinas”.

Y aquí está...

-Así es. Yo manejé firmas multinacionales, empresas de distintos rubros, he sido director, asesor de empresas. He creado empresas. Sin arrogancia le digo que introducir métodos de eficiencia y mejorar la gestión de una entidad es lo que mejor sé hacer. Cuando llegué a Fonasa me encontré con un organismo lleno de ripios. El presupuesto del 2011 superaba los US$8 mil millones, ¡una tremenda cantidad de plata!, y sin embargo la percepción era de un organismo que estaba sumido en la más absoluta pobreza. Listas de espera, mala atención, abusos. Lo primero que hicimos fue recuperar el poder que Fonasa tiene por ley.

¿Cuál poder?

- Fonasa es un organismo que no depende del ministerio de Salud, es autónomo.  Al estudiar la ley nos dimos cuenta que todos estos años Salud nos había pasado a llevar, pues es Fonasa la entidad que debe administrar los recursos y no el ministerio. Hasta antes de este gobierno, una parte importante del presupuesto iba directo a los hospitales, lo que hacía que las platas se perdieran en el camino en forma indiscriminada. Nadie controlaba. ¿Qué hicimos? Recuperamos el rol presupuestario de Fonasa.  Hoy día somos nosotros los que administramos el presupuesto de salud.

¿Y qué recursos le quedaron al ministerio de Salud?

-El que necesita para el funcionamiento administrativo y para financiar los programas de la subsecretaría de Salud Pública. Todo el resto lo vemos nosotros.

¿Cuál es el rol, entonces, de la subsecretaría de redes asistenciales?

-De coordinación.

Con la recuperación del rol presupuestario, ¿cuáles han sido las iniciativas más relevantes que ha llevado adelante Fonasa en estos dos últimos años?

-Básicamente hemos mejorado en recaudación y fiscalización. Hoy miramos con lupa que el financiamiento que se entrega  corresponda efectivamente a las prestaciones otorgadas a los asegurados. Herramientas como el bono electrónico en prestadores, la huella dactilar en la red de oficinas y hospitales y el bono electrónico, nos ha permitido monitorear la efectiva ejecución de las actividades comprometidas.  Regularizamos gran parte de la deuda del sistema, dejando la deuda límite por hospital no mayor a 45 días…También le pusimos incentivos a la gestión, a fin de que toda la red pública ofreciera  sus máximas capacidades productivas. Si el hospital o consultorio no cumple con la atención, el asegurado se va al mundo privado.

¿Qué tanto ha incidido la medida de trasladar la atención al mundo privado en el término de las listas de espera AUGE? 

-Ha contribuido, pero el logro de llevar a cero la histórica lista de los 380 mil es una sumatoria de muchas medidas. Ningún gobierno de la concertación lo pudo hacer.  Y nosotros lo hicimos sin dejar de atender a los dos millones de pacientes anuales que se atienden por AUGE. Todos sabemos que el enfermo no pregunta de dónde viene la solución, quiere que le resuelvan el problema.

Fonasa en Auge

Una de las grandes críticas que le han hecho los sectores opositores es que la reestructuración financiera de Fonasa ha venido a castigar a los “menos pobres” entre los pobres. Entiendo que sólo este año usted trasladó a más de 500 mil beneficiaros de los tramos A y B a los tramos donde hay que copagar.

-En nuestra fiscalización nos encontramos con que había muchos A que no eran indigentes y los trasladamos. Eso es efectivo. Y estoy seguro que hay mucha más gente que burla el sistema y se atiende como indigente percibiendo ingresos. Yo espero que a fines del 2012 hayamos dejado en el tramo A efectivamente a los que más lo necesitan.

¿Tiene alguna cifra estimada?

-Calculo más de un millón de personas.

Por otro lado, han aumentado los cotizantes en los tramos C y D, lo que indica que mucha gente que estaba en Isapre se ha cambiado a Fonasa. ¿Por qué se ha dado ese fenómeno si históricamente estar en Isapre ha sido sinónimo de status?

-Mucha gente encuentra que es muy caro lo que se paga en la salud privada. Y están mirando con atención lo que pasa en Fonasa. Sin falsa modestia me gustaría pensar que ese aumento de interés por Fonasa tiene que ver con nuestro plan de modernización. Cambiamos la imagen, incorporamos la huella dactilar en red de oficinas y prestadores, introdujimos formas de pago electrónico, ampliamos la red de oficinas.

¿Cree que con el plan garantizado de las Isapres mucha gente deje Fonasa?

-No. Ahora, es muy probable que si sale el plan garantizado a $17 mil, las personas mayores que están en Fonasa, financiadas por sus familiares más cercanos, se trasladen a las Isapres.

-¿Qué tareas quedan pendientes?

-Muchas. Nos queda establecer la igualdad de derecho de los asegurados para acceder a la modalidad de libre elección; mejorar los planes de salud; revisar los aranceles de Fonasa. Y quizás lo más importante, que comience a operar la Nueva Ley de Contraloría Licencias Médicas pago de licencia médica antes de 15 días.

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