El nuevo rumbo empresarial de Patricio Lecaros tras liderar La Polar
Quizás demasiado optimista. Así se define a si mismo el propio Patricio Lecaros, quien tras dejar la gerencia general de La Polar en julio del año pasado, retomó sus inversiones, las mismas por las cuales salió de Ripley en 2005.
Si bien lleva el retail en su ADN, el hoy empresario tiene un portafolio bastante diversificado. En cuanto al rubro minorista, es socio de una firma de representación de marcas llamada Titanio, y con Sebastián Ibáñez impulsa una línea de ropa outdoor y un sitio web de venta de este tipo de productos.
Pero Lecaros también participa en una compañía de capacitación y, asociado con amigos, ha incursionado en el mundo de la agricultura con una productora de aceite de oliva, además de cultivar paltos y frutales.
“Creo que ha sido más intenso este periodo que el que viví en La Polar, pero el retomar mis inversiones ha sido muy satisfactorio y entretenido”, comenta.
Quizás la empresa donde está más involucrado es Titanio, una representadora de licencias que maneja marcas infantiles de Disney, Hello Kitty y Peppa Pig, junto con licencias del fútbol como la ANFP, Copa América y los clubes deportivos U. Católica, U. de Chile y Colo-Colo. De este modo, se encargan de fabricar productos de menaje, hogar, juguetería y también algunos elementos escolares. Adicionalmente, esta compañía posee una marca propia llamada Keep, que se está haciendo camino dentro del mercado nacional.
“Este año, Titanio va a vender cerca de $8 mil millones. Ha crecido fuertemente, puesto que el 2014 facturamos cerca de $4.500 millones. Vemos un potencial de crecimiento muy grande, sobre todo con las nuevas líneas desarrollo. Juan Luis Vial y Rodrigo Alcalde, mis socios, hicieron muy bien las cosas en el tiempo en que estuve afuera de Titanio”, indica Lecaros, quien además anticipa que están en conversaciones para adquirir otra empresa de este tipo para crecer.
La idea es comprar una compañía que tenga ventas entre $10.000 millones y $20.000 millones al año, lo que, según sus cálculos, podría significa una inversión de hasta US$40 millones. “Hoy día somos un retail intermediario, es decir, que no llegamos directamente al consumidor, y nos acomoda bastante ese modelo de negocio. Somos una empresa de retail y de logística. Queremos una compañía que nos agregue o nos amplíe el rubro, por eso estamos viendo empresas con este mismo modelo”, detalla.
Los planes de crecimiento para Titanio no se quedan ahí. Tal como explica el propio Lecaros, están buscando terreno para construir un centro de distribución, puesto que en dos o tres años más esperan alcanzar volúmenes de ventas cercanos a los $20.000 millones anuales.
Adicionalmente, junto a Andrés Santa Cruz tiene una compañía de capacitación en inglés e informática, la cual esperan hacer crecer a través de la compra de un competidor. “Queremos expandir SB American y hoy estamos viendo la opción de comprar alguna empresa del rubro para poder crecer de manera no orgánica”, anticipa Lecaros.
Suma y sigue. Hace menos de un año, este hombre -que lideró la expansión de Ripley a Perú- se unió a Sebastián Ibáñez en un nuevo emprendimiento: crear una línea de ropa outdoor.
“Sebastián es ingeniero comercial y está recién egresado. Hace unos ocho meses me invitó a trabajar en su proyecto y lo estoy apoyando. Hoy tenemos una línea de ropa, hecha en Chile, y queremos conseguir que la producción se haga pronto en China”, dice. La marca REU tiene una línea de polerones pero están trabajando en una colección completa.
En tanto, en el rubro agroindustrial, el ex ejecutivo está asociado con Guillermo Vial y Arturo Strazza en una empresa de aceite de oliva. Lo invitaron en 2006 a formar parte de este negocio y nunca lo dejó. Si bien Lecaros acepta que es un rubro complicado, hoy la firma está en buen camino y exporta a EEUU y Brasil 200 mil litros de aceite, lo que significa unos US$800 mil al año.
Pero esto no es todo. Junto a Guillermo Correa y otros empresarios, administran un campo de 60 hectáreas en Curacaví con naranjos y limones y otro de 20 hectáreas en Santo Domingo, con paltos.
La Polar desde afuera
“Yo, que estuve trabajando ahí y que ahora lo veo desde lejos, creo que es una empresa súper atractiva, pero tiene que llegar ese inversionista. No ha sido fácil”, sincera Lecaros desde fuera de La Polar.
Tras su salida no había hablado públicamente del retailer, donde estuvo cerca de tres años como gerente general, asumiendo el desafío tras el fraude de las repactaciones.
Hoy, para Lecaros, los desafíos de la multitienda son ordenar la casa y conseguir un controlador. En el primer ítem valora mucho el trabajo del ex presidente César Barros, con quien trabajó. Y sobre el segundo punto confiesa que ve con buenos ojos la entrada de Juan Enrique Vilajuana a la cabeza del directorio.
“Me parece muy buena la entrada de Vilajuana. Creo que César cumplió una etapa y lo hizo increíble para lo que vivió La Polar en ese tiempo. Hoy es otro el horizonte de la empresa”, sostiene y agrega: “Vilajuana tiene un perfil financiero. Encuentro que es súper bueno, bien elegido”.
No obstante, Lecaros puntualiza que en un directorio como el de La Polar todos son fundamentales: “En su momento, si bien César Barros era muy bueno para los medios y se encargaba de buscar un comprador, era todo el equipo el que operaba e intentaba que la empresa tuviera los mejores números posibles a pesar de la situación que vivía”, destaca.
Lecaros, quien descarta completamente volver a ser ejecutivo de una firma minorista, cree y lamenta que La Polar esté muy castigada en términos accionarios. Y apunta a que “no hay mucha gente” que quiere adquirir la empresa.
“Lo que he hablado con distintas personas es que la venta está más difícil, aunque le veo un potencial tremendo”, remata el hoy empresario.
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