Elegancia
La verdadera elegancia contiene en sí misma naturalidad, espontaneidad con gustos y estilos personales que se muestran desde el fondo del individuo.
Implica un acabado conocimiento de sí mismo, de aparentar lo que somos, de resaltar lo positivo y acotar las cosas negativas. De ahí nace la palabra elegancia, del latín elegere que significa elegir, y corresponde a nuestra naturaleza humana. Uno siempre quiere elegir lo mejor. Lo mejor para cada uno, para cada ocasión y para cada momento.
Según Balzac la elegancia, es “la ciencia de no hacer nada igual que los demás, pareciendo que se hace todo de la misma manera que ellos”.
Más bien lo encontramos en nuestro interior, en la comodidad de ser uno mismo y en la armonía de todo. Y con armonía me refiero a equilibrio, pues es la proporción la que genera belleza. Como a una obra bien hecha no se le puede quitar ni agregar nada.
La elegancia también es moderación y mesura −o sea, naturalidad. Como todo en este mundo, los excesos no son buenos y menos elegantes, pues hacen que los gestos y los mensajes no sean sinceros.
*Sastrería Ugarte sastreriaugarte.cl
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