Estratos socioeconómicos: cambios e implicancias

Hace unos días atrás la Asociación de Investigadores de Mercado dio a conocer públicamente el estudio “Grupos Socioeconómicos 2012”, que corresponde a una actualización luego de cuatro años de la forma en que se caracteriza a los grupos socioeconómicos del país y que abarcó a 3.200 hogares entre mayo y junio.
Este interesante documento -que abarca aspectos cuantitativos y cualitativos- busca entender de mejor manera los estilos de vida, patrones de consumo y el poder adquisitivo de los distintos segmentos de la población, esto es, ABC1, C2, C3, D y E. Recordemos que las variables que definen la caracterización de los estratos tienen que ver con el ingreso, la actividad laboral, la posesión de vivienda, y el nivel educacional, entre las principales.
En términos proporcionales a nivel país, el segmento más rico de la población, ABC1, representa el 5,4% de la población, mientras que el segmento que lo sigue, C2, es un 12,1% del total. Le siguen el segmento C3, con un 19,2%, luego el segmento D, que representa el 41,1% del país, y, finalmente, el segmento E, que abarca un 22,4% de la población. Al realizar esta clasificación en Santiago, aumentan los segmentos de mayores ingresos, esto es, el ABC1, C2 y C3, y disminuyen los de menores ingresos, D y E, lo que muestra el mayor nivel relativo de riqueza de la Región Metropolitana.
¿Qué cambios relevantes constató el referido estudio? En primer lugar vale la pena destacar el aumento en el acceso a bienes en estratos medios y bajos debido a la mayor disponibilidad de crédito y los menores precios en los bienes tecnológicos, destacando productos y servicios como computadores e internet, lo cual ilustra la masificación de bienes que hoy se considera que satisfacen necesidades básicas.
Por otro lado, en los segmentos más altos el estándar de vida ha mejorado y se ha sofisticado, por lo que casi la mitad de estas familias posee una segunda vivienda y cuenta con servicio doméstico puertas afuera, por ejemplo.
En los segmentos C2 y C3, se da una combinación de una mayor preocupación por los gustos junto con una sensación de que se consolida el progreso de sus familias, por lo que gustos como viajar o salir a comer son mucho más frecuentes que lo que ocurría en el pasado para estas familias.
En el estrato D, en tanto, su situación ha mejorado con respecto a las familias de donde provienen y tienen las ganas de seguir avanzando, por lo que la educación se ha convertido en una palanca clave para lograr este objetivo.
En el caso del segmento E, el de menores ingresos, se da un fenómeno de aumento en el acceso a bienes que vale la pena destacar. A modo de ejemplo, en comparación a 2002, hoy el 16% de este grupo posee un computador y antes este indicador era 0%, o la tenencia de un refrigerador pasó de 57% a 91%.
¿Qué implicancias tiene lo anterior para las empresas? Tal como lo señaló Roberto Méndez, Director de Adimark, las compañías en general no se han dado cuenta en forma tan clara o rápida del mayor acceso y demanda por parte de los segmentos de menores ingresos a bienes que antes eran para éstos inalcanzables.
Luego se abre una oportunidad para la masificación apropiada de industrias como la financiera o la inmobiliaria para satisfacer de mejor manera a estos importantes grupos de la población nacional, en donde los que más rápido reaccionen tendrán sin duda una importante recompensa…
*Socio de Alta Dirección y decano FEN Ucinf.
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