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Icahn: el inversionista activista detrás de Dell

Carl Icahn no es un inversionista cualquiera. No sólo es el multimillonario número 26 en todo el mundo, con una fortuna de US$20 mil millones, sino que es de los pocos "inversionistas activistas". Hoy busca el controlde la tecnológica Dell.

Icahn ha estado en una lucha con Michael Dell, fundador del fabricante de computadores, por el control de la compañía. El primero dice que la oferta de Dell subvalora al fabricante de computadores personales mientras que éste ha tildado al plan de Icahn como una "imprudente recapitalización apalancada". Mañana todo se decidirá, cuando los accionistas voten sobre qué oferta es la mejor. O si aceptan una mezcla de ambas.

La firma de asesoría Institutional Shareholder Services dijo este mes que la empresa continuará teniendo problemas por la caída en el mercado de los computadores personales, y por el hecho de que Dell ha estado cotizando 41% por debajo del precio de compra propuesto en mayo. ¿Por qué quiere Icahn ser accionista mayoritario de una empresa que no tiene buenas proyecciones? Porque esto es lo que él hace. "Mi filosofía de inversión, en general, con excepciones, es comprar algo cuando nadie más lo quiere". En este caso su fundador también lo quiere, pero las razones son distintas.

LA ESTRATEGIA DEL EMPRESARIO
Un inversionista activista es alguien que busca tomar una posición importante en el capital de una empresa para después impulsar ciertos cambios. Uno de los activistas más famoso en los mercados financieros es justamente Carl Icahn.

Es el mejor amigo de los inversionistas, comprando acciones de empresas de poco rendimiento y sugiriendo estrategias para impulsar su valor.

La más famosa y exitosa batalla de Icahn fue cuando compró Time Warner en 2006 y logró fuertes transformaciones. Separó el negocio en diferentes unidades, recortó gastos, creó un programa de recompra de acciones y cambió el directorio. Tanto éxito tuvo que hoy se usa el término "Icahn lift" (alza de Icahn) en referencia al aumento del precio en las acciones que se produce cuando se sabe que el magnate está intentado actuar sobre alguna empresa.

Cuando Icahn quiere comprar algo, generalmente se ve lo menos apetitoso que podría exisitir para otros inversionistas. Como en 2012, cuando compró Forest Labs dos meses después de que le quitaran la patente a su antidepresivo llamado Lexapro, el medicamento más importante de la empresa.

En mayo de 2012 recompró Chesapeake Energy, cuando los precios del gas natural se desplomaban y se predecía que la empresa se iba a ahogar en deudas. Recientemente compró el 10% de participación de Netflix, algo que sorprendió a muchos ya que las acciones no estaban baratas. Pero Icahn está esperando que un gigante, como Microsoft, compre la empresa.

Claro que no siempre le resulta. En 2008 forzó su entrada a Yahoo. Su plan era comprarlo, pero luego aceptó ser parte del directorio en cambio. Estuvo 15 meses, hasta que renunció en 2009, con una caída en las acciones de 20,5% desde su entrada. Peor fue su participación en Blockbuster, la que él mismo ha calificado como una derrota.

Sin embargo, la controvertida lucha del accionista más inconformista por Dell no es por el amor al arte. "Si el sistema no estuviera tan distorsionado, gente como yo no ganaría este tipo de dinero", ha dicho. No por nada su empresa Icahn Enterprises ha logrado tener un retorno anualizado de 18,4% durante los últimos 10 años hasta noviembre, según Morningstar.

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