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Manuel Feliú: "Era un hombre realmente dotado y con condiciones especiales"

“Conocí a Patricio Aylwin en la escuela de derecho de la Universidad de Chile, donde estudié. Él era profesor. Más tarde me tocó relacionarme mucho con él por mi labor como presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio. Ahí nos reunimos varias veces y mi rol era fomentar las políticas que permitían el desarrollo de la empresa privada y en consecuencia la única forma de enfrentar esos problemas era buscando acuerdos.

En eso tuvimos un proceso medio complicado porque las bases programáticas de la Concertación de esa época, anteriores a la elección, eran tremendamente negativas para nosotros como empresarios, para la libre empresa, la libertad de trabajo y de emprendimiento. Esas bases eran prácticamente volver al Gobierno de Allende. Gracias a Dios esas bases programáticas finalmente no se llevaron a cabo, entre otras razones porque la ascensión del Presidente Aylwin fue prácticamente en la misma época en que cayeron los socialismos reales en el mundo.

Se acabó el mito del socialismo real, y el Gobierno de Aylwin que era manejado en la parte económica por Foxley, lo que hizo fue olvidarse de sus bases programáticas y continuar en materia económica con las políticas que traía el Gobierno de Pinochet. Yo le tenía mucho aprecio y cariño al Presidente Aylwin porque era un hombre realmente dotado, con condiciones especiales para este tipo de situaciones como la que estábamos viviendo.

Patricio Aylwin era estatista por naturaleza. Sin embargo, tenía una condición muy grande en cuanto a que aceptaba que él no sabía mucho de economía y dejó en ese tema a sus ministros especializados, como eran Foxley, Cortázar y en cierta medida Ominami. Después avanzamos en lo que llamamos la paz social, que para nosotros y para el Gobierno era vital, porque sin paz social no hay desarrollo. Y la paz social se basa en el entendimiento entre los grandes grupos de empresarios y trabajadores y ahí conseguimos tener una muy buena relación con Manuel Bustos, que era el presidente de la CUT. Luego Aylwin hablaba en sus discursos de los dos Manueles que habían sido pilares de la paz social. Lo decía permanentemente, a mí me llegaba a dar vergüenza. Aylwin fue muy generoso.

Yo creo que otro de los pilares fue avanzar en buscar acuerdos con los países extranjeros que nos abrieron las puertas de un desarrollo sostenido de nuestras exportaciones. Se estableció la lógica de que la única forma que tenía el país de enfrentar sus problemas era sobre la base de las exportaciones, si quería crecer tenía que aumentar las exportaciones.

Nunca peleamos, nunca jamás. Todo lo contrario, teníamos un entendimiento sumamente cordial. Él me apreciaba mucho, yo lo apreciaba mucho a él”.

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