Michael Cornfield: "Lo que favorece a Clinton es que Trump también carece de buena reputación"

“Un electorado decepcionado decidirá la presidencia” en Estados Unidos, según el cientista político del Global Center for Political Engagement de la Universidad George Washington, Michael Cornfield. El experto en campañas aseguró a PULSO que ni Donald Trump ni Hillary Clinton han logrado convencer a los estadounidenses, con reputaciones que por malas se anulan entre sí.
En general, ¿cómo perciben los estadounidenses este proceso electoral?
Muchos estadounidenses no están contentos con las opciones políticas que se les presentan. No veo mucho optimismo en EEUU en estos momentos. Sin embargo, si hablas de algo que no sea política la situación es diferente. Hay una fotografía mixta en cuanto a cómo los ciudadanos ven a sus políticos y la carrera presidencial versus otros asuntos nacionales.
¿Cómo definiría el discurso de Donald Trump en su campaña presidencial?
Es muy cercano a la clase blanca trabajadora de Estados Unidos, que se siente desesperada por los cambios que ha sufrido el país desde que ellos comenzaron a crecer. Están ansiosos, enojados, no les gustan las transformaciones que han visto en los últimos 20 años. Él ha sido capaz de conectar con ellos en sus giras y en las redes sociales. Ellos lo ven como su opción. El problema de Trump es que con esto llega a uno de cada cinco estadounidenses. Él no ha tenido la habilidad de intentar hacer las cosas que postulantes a cargos de votación popular hacen para llegar al 50% más 1.
¿Qué le parece su eslogan "Hagamos a EEUU grande de nuevo"?
Suena a tiempos antiguos, cuando Estados Unidos era desafiado en el mundo, el trabajo que conseguías era para toda la vida y los hombres blancos estaban en el poder. Pero el mundo y Estados Unidos han cambiado, es mucho más diverso, pluralista y mucha gente no está dispuesta a aceptar una propuesta como esa.
¿Cree que el carácter y la presencia mediática de Trump han definido esta carrera presidencial?
El definitivamente definió la primaria republicana, pero no ha podido hacer lo mismo en la carrera presidencial. Ninguno de los dos ha hecho un trabajo espectacular cautivando los corazones de la mayoría de los estadounidenses, pero sí destaca Clinton por ser más inclusiva, mientras que Trump excluye.
En las últimas semanas hemos visto una continua caída de Trump en las encuestas, ¿podríamos ver un cambio en su táctica?
Él está perdiendo votantes a un nivel no visto a esta altura de la carrera presidencial en la historia. Pese a esto, no da señales de que tener la intención de modificar su retórica y construir una coalición que le permita ganar. Él quiere seguir siendo una voz con presencia en los medios, más que ser alguien que se involucre en el gobierno. Por eso sus asesores de campaña son personas más cercanas a los medios que a la política. Prefiere concentrarse en el 20% que lo sigue a buscar formas de llegar al otro 80% o al resto de su partido.
Pese a la resistencia que genera Trump, Clinton no ha logrado un posicionamiento destacado, ¿por qué?
El asunto es que la retórica de Hillary Clinton es aburrida. No es una gran oradora y está tratando de encontrar la manera de acomodarse a un amplio grupo, asunto por asunto. Pero no ha sido capaz de entusiasmar a nadie ni definir un buen eslogan. Clinton es mucho mejor en debates, cuando se dirige a un grupo acotado en una conversación, que en dar discursos o en las redes sociales, donde no se siente para nada cómoda y simplemente se lo delega a su staff.
Además, la gente no confía en ella por los problemas con su fundación y el escándalo de los e-mails. No ha conseguido dar garantías de su integridad y honestidad, por lo que no es una candidata ideal, pero en comparación con Trump ella es la decisión más responsable.
¿Cuánto puede llegar a afectar a la campaña de Clinton el escándalo de los e-mails de aquí a noviembre?
Cuanto más largo sea el escándalo como historia, peor va a ser para Clinton. Con su marido (Bill Clinton) han barajado ideas acerca de lo que podrían hacer si gana la elección para mejorar la percepción que se tiene de ella en torno a este asunto, pero el daño a su reputación, honestidad y confianza, ya está hecho y es grande.
Lo que impide que esto sea convierta en un dolor de cabeza más grande para Clinton es que Trump también carece de buena reputación. Sus negocios turbios y no hacer públicas sus declaraciones de impuestos han implicado que en el tema de la confianza se anule entre los dos candidatos. Esto es una ventaja perdida para los republicanos, por decirlo de otra manera. Un electorado decepcionado decidirá la presidencia en otras cuestiones.
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