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Muere controvertido empresario español José Ruiz Mateos, ex patriarca de Rumasa

El controvertido empresario español José María Ruiz Mateos, patriarca del desaparecido conglomerado Rumasa, murió ayer en Cádiz, a los 84 años.

Ruiz Mateos, que arrastraba graves problemas de salud, tenía varios frentes judiciales abiertos y a mediados de junio ingresó en prisión por orden judicial para cumplir una condena por delitos contra la Hacienda Pública. Dos días más tarde salió de prisión debido a su delicado estado de salud. Una rotura de cadera, complicada por una neumonía, acabó con su vida, explicó a Reuters Joaquín Yvancos, que durante años fue su abogado.

El empresario andaluz fue una personalidad muy conocida en los ‘80, luego de que el entonces gobierno socialista de Felipe González expropiara su holding Rumasa (Ruiz Mateos Sociedad Anómima) en febrero de 1983, aludiendo que el imperio empresarial tenía enormes deudas con Hacienda y prácticas contables irregulares. En ese entonces, el grupo estaba compuesto por casi 700 empresas, con un total de 60 mil trabajadores y una facturación de más de 2.000 millones de euros al año.

El conglomerado se forjó en el sector vitivinícola y bancario y su crecimiento se dio a través de la compra de empresas en problemas, llevándolo a una diversificación que alcanzó además a grandes almacenes (Galería Preciados), tiendas de lujo (Loewe) y hotelería. El emblema del holding era una abeja, símbolo de trabajo.

Tras la expropiación, el fundador de Rumasa pasó de ser un emprendedor modelo a protagonizar uno de los escándalos financieros más importantes de España. La expropiación abrió una larga pugna judicial entre el Estado y el empresario, que reclamó la devolución de las empresas y el pago del precio justo, pero el Tribunal Supremo le rechazó la reversión y el Tribunal Constitucional ratificó varias veces la legalidad del decreto del gobierno.

La expropiación llevó a Ruiz Mateos a protagonizar incontables actos de protesta, convirtiéndose en la sombra del ex ministro socialista de Economía, Miguel Boyer, a quien siempre culpó y a quien intentaba torpedear en los actos públicos.

Tras Rumasa

En marzo de 1983 huyó a Londres, luego fue extraditado a España en 1985. Tres años después también huyó cuando, en una comparecencia en la Audiencia Nacional, aprovechó un descuido de los policías que lo cuidaban para escapar disfrazado con una peluca.

Tras pasar una temporada en prisión, Ruiz Mateos llegó incluso a formar un partido político y a ser temporalmente eurodiputado en 1989. Dos años después se quedó con el control del club de fútbol Rayo Vallecano y empezó a rehacer su imperio con Nueva Rumasa, que llegó a tener 20.000 empleados.

Años después, en 2011 y en esta ocasión con Nueva Rumasa, Ruiz Mateos volvió a enfrentar a la justicia tras la emisión de pagarés con los que engañó a los inversionistas y que no llegó a pagar, luego que este nuevo holding cayera en quiebra. Posteriormente, el empresario traspasó el negocio a una empresa especializada en reestructuraciones de sociedades en problemas.

La familia se dividió tras la insolvencia de Nueva Rumasa, especialmente desde que la Justicia a partir de 2012 comenzó a embargar inmuebles e investigar dónde habían ido a parar los 300 millones de euros que más de 5.000 inversionistas destinaron a las empresas del grupo.

A finales de 2014, dos hijos del patriarca, Pablo y Alfonso, fueron condenados a 6 meses de prisión y una multa de 700.281 euros por fraude contra la Hacienda Pública. Los dos hijos menores, Álvaro y Javier Ruiz Mateos, también están condenados por un delito contra Hacienda (un año y seis meses) y otro de alzamiento de bienes (un año y tres meses); además, deben pagar una multa de 1,8 millones de euros por el impago del IVA en la venta de un hotel, cuyo importe se desvió a una cuenta suiza.

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