Agencias: nueva ruta fiscal de Chile aún es consistente con actual clasificación crediticia

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S&P, Moody's y Fitch detallaron las razones que permiten al país mantener su perspectiva estable. En base al historial de Chile, se espera que eventualmente la presión del gasto social se financie con ingresos estructurales.


Pese a los temores de los economistas locales a una rebaja de la calificación de Chile, los análisis de las tres principales agencias que hacen la evaluación, descartaron esa alternativa. La positiva trayectoria nacional y el espacio fiscal en relación a sus pares, son los factores fundamentales que permiten mantener el perfil crediticio nacional.

"Tanto el anuncio oficial (del plan fiscal) como la expectativa de un deterioro en las métricas fiscales continúan siendo consistentes con el perfil crediticio de Chile, reflejado en la calificación 'A1' con 'perspectiva estable'", señaló Ariane Bollín-Ortiz, analista de Moody's, quien fue la primera en pronunciarse mediante un comunicado.

Desde su punto de vista, sobresale "el plan de recuperación anunciado por el gobierno de Chile", dado que "apoyará el crecimiento económico en 2020, sobre todo en el contexto de un importante deterioro en las expectativas de crecimiento para este año y el próximo". Asimismo, Bollín-Ortiz destaca que "dado que la mayoría de las medidas anunciadas son transitorias, no anticipamos que estas impliquen un cambio duradero en la estructura del gasto".

Luego llegó la reacción de Fitch. Mediante un reporte elaborado por el equipo de Richard Francis, director para los soberanos de América Latina, señalaron que "las presiones fiscales por el descontento social latente se captaron en parte en la rebaja de calificación de Chile a 'A' de 'A +' en 2017, cuando esperábamos que las demandas sociales limitaran el ritmo de la consolidación fiscal y la reforma económica estructural", de manera que el nuevo panorama no implicaría una rebaja.

De todas maneras, Fitch anticipa una recesión técnica entre el cuarto trimestre de 2019 y el primero de 2020. "Es probable que las presiones de gasto persistan a mediano plazo". De igual forma, postulan que con el aumento a cerca de 40% del PIB, la deuda "ya está convergiendo con la mediana "A", lo que subraya las limitaciones crecientes de su flexibilidad fiscal, especialmente a medida que el país planea erosionar las reservas fiscales acumuladas durante un entorno de precios altos del cobre".

Finalmente, consultado por PULSO sobre el impacto del estallido social y el plan fiscal del gobierno en la nota de Chile, Manuel Orozco, analista de la clasificación soberana de Chile en S&P Global, sostuvo que el país "tiene espacio fiscal y monetario para hacer política contracíclica".

Lo anterior, "fruto de una política fiscal y monetaria que históricamente ha sido predecible, que están basadas en reglas" y "a pesar de que la deuda se venía incrementando hace años".

De todas maneras, Orozco destaca que "en este historial de una política fiscal sólida, creemos que si hay más carga por parte del gastos social, esto eventualmente tendría que venir financiado por ingresos estructurales."

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