
Daniel Núñez: “La candidata no propone nada que sea una ruptura radical, porque entendemos que la gente no quiere incertidumbre”
El senador PC y figura cercana a Jeannette Jara dice que están en proceso de acercar posiciones con el Socialismo Democrático en materia económica y reafirma la necesidad de un salario vital de $750 mil, el impuesto a los súper ricos y el fin de las AFP. “Estamos construyendo un proyecto de salida del neoliberalismo en un marco de la economía de mercado”, añade el sociólogo.
¿Coincide en que es extremadamente sensible cómo se resuelva el tema económico de la candidatura? ¿Cómo se concilia una ruta común con el Socialismo Democrático?
-El tema económico es extremadamente sensible. El diagnóstico común del que parte toda la centroizquierda es el que el estancamiento en la economía chilena es un problema estructural y no es correcto echarle la culpa a la reforma tributaria de Bachelet o a que el sistema político tiene mucha diversidad de partidos. Tampoco a que los gobiernos de izquierda hacen que los capitales se arranquen y no haya inversión. Estamos todos de acuerdo que Chile tiene que volver a crecer, la pregunta es qué hacer. Ahí es donde, a pesar de las diferencias, estamos proponiendo tres pilares en los cuales se puede ir construyendo un camino común.
¿Cuáles son esos pilares?
-El primer pilar es que creemos que Chile tiene que mantener su vocación exportadora, pero incorporando valor agregado e industrializando sus productos de exportación. Ese es un desafío que el sector privado no ha sido capaz de tomar. La colaboración público-privada puede abrir camino para eso.
Otro pilar que se malentendió, quizás hay que redactarlo mejor, es que hay que fortalecer el mercado interno. Porque en el caso de Chile, las empresas exportadoras que son parte de ese boom y de ese aumento de productividad son acotadas: son grandes empresas o grandes conglomerados. Pero hay miles de pymes cuyos productos se compran y se consumen a nivel del mercado nacional. Esas pymes son donde tenemos más bajos niveles de productividad, más problemas. Queremos fortalecer el mercado interno y, por esa vía, poner alimentos sanos baratos en la mesa de la familia chilena con, por ejemplo, producción de hortalizas, frutas, verduras, para el mercado local. Desarrollo exportador y mercado interno van en forma simultánea. No es ni una primero ni la otra después.
Hemos planteado también la necesidad de mejorar los salarios porque eso es calidad de vida de los trabajadores; es un elemento clave para poder tener un círculo virtuoso.
Pero cuando se habla de “fortalecer el mercado interno”, lo primero que aparece como crítica es que son recetas de los años 50 y kirchneristas…
-El fortalecimiento del mercado interno se hace de manera simultánea con el desarrollo exportador e incluso pueden hasta dialogar. Para que no se preste a confusiones, hay que buscar una mejor forma de plantearlo. Estamos abiertos a eso. Pero lo que estamos planteando es lo mismo que ha estudiado, analizado y escrito Ricardo Ffrench-Davis en esta materia. Él tiene sendas publicaciones en que señala que no basta el desarrollo exportador, que éste tiene un impacto acotado en la economía local y que hay una importante cantidad de trabajadores de empresas que producen y viven del mercado local. Lo que él propone son políticas públicas dirigidas a ese sector que cree que están rezagadas: acceso más fácil al crédito productivo, medidas que impidan la constitución de monopolios, apoyo de la transferencia tecnológica. Por lo tanto, no estamos planteando nada que sea ni extremo ni tampoco desconocido.
¿Es contraproducente proponer un “salario vital” de $750 mil y negociación ramal, teniendo en cuenta alto desempleo actual?
-A priori no es contraproducente porque hay ciertos axiomas que son neoliberales y que hay que discutir en economía. Cuando votábamos el aumento del salario mínimo a los $500 mil se nos dijo que iba a provocar inflación. El salario mínimo está en $539 mil y la inflación está bajando. Entonces, repetir mecánicamente que un aumento del salario mínimo en tal magnitud implique este otro efecto económico es algo muy dogmático. Por supuesto hay que buscar un proceso de convergencia con las otras candidaturas del oficialismo para llegar a un acuerdo en esa materia. Ese principio lo tomó el Presidente Boric y se logró el aumento más sustantivo en los últimos 30 años en el salario mínimo. Vamos a bregar por una política similar en el caso de Jeannette Jara, buscando controlar todos los impactos que eso pueda tener y que no produzca ningún tipo de desequilibrio económico.
Tanto la candidata Jara como usted ha mencionado la experiencia económica de Corea del Sur. ¿Cuál es el ejemplo que buscan con ese país?
-Consideramos que la experiencia que hizo Corea del Sur es muy buena, entendiendo que es un país de un tamaño y una economía muy parecida a la de Chile hace 40 años: dependiente de exportaciones vinculadas a productos marinos, un mercado interno acotado… No tenía política exportadora y fue capaz de desarrollar una apertura a la economía mundial muy relevante, pero a diferencia de Chile ellos incorporaron valor agregado y lograron exportar productos de última generación en materia tecnológica. Hoy compramos a Corea del Sur autos, electrodomésticos, computadores, celulares y eso no lo hizo el mercado solo ni los privados solos. Lo hizo a base de una planificación estatal. Nadie puede copiar el modelo, pero es un desafío que la economía chilena tiene.
Con todo, ese país es un modelo capitalista en fondo y forma…
-Pero no es un neoliberalismo extremo, a diferencia de lo que se hizo en Chile bajo la dictadura. Corea del Sur es un modelo capitalista, pero incorporó planificación estatal, un rol relevante del Estado para promover el desarrollo. Tampoco es un paraíso, pero en estas materias económicas es un ejemplo muy interesante.
¿El fin de las AFP planteado por la candidata es intransable?
-Es parte de las cosas que están en las demandas ciudadanas, pero esa consigna, que es muy justa, está vinculada también a las posibilidades reales de hacer los cambios. Eso se expresó en la reforma previsional, que fue un avance que dejó temas pendientes y, por lo tanto, sigue presente. Pero esto no tiene nada que ver con estatizar los fondos previsionales y nada que se le parezca. Tiene que ver con sacar a empresas privadas de lucro de un sistema de seguridad social que debe velar por dar pensiones dignas. Eso es un principio.
¿Están apuntando en contra de la capitalización individual?
-No. No estamos yendo en contra eso en el debate en este momento.
Es decir, no están buscando reparto…
-No estamos planteando hoy día reparto. Es un debate que tenemos que analizar, tal vez con fórmulas como las que se han ocupado hoy en la reforma previsional, y es algo que habrá que discutir más también con los equipos. No me quiero adelantar en eso.
¿Pensando en la convergencia con el Socialismo Democrático, puede haber algún ajuste en la propuesta impositiva? La candidata buscar mantener el impuesto a las empresas en 27% y revivió el impuesto a los altos patrimonios…
-No es un tema que domine en detalle. Sin embargo, hay que recordar que el impuesto a los súperricos fue una propuesta del programa del gobierno del Presidente Boric. No es algo desconocido; es un impuesto altamente focalizado en los patrimonios más grandes. Decir que cada vez que suben los impuestos hay caída en la inversión, incertidumbre, es un dogma, y pensamos que en eso va a haber un espacio. Tenemos una propuesta que nos parece muy justa. Hay una desigualdad brutal y una concentración de la riqueza enorme en Chile y una forma eficaz de combatirlo es con el impuesto a los súperricos.
Esta semana habló de la mirada marxista del PC sobre la vida, las cosas. ¿Esa mirada marxista también existe en lo económico?
-Plantearlo de esa manera sería un poco asustar a la sociedad chilena. Estamos construyendo un proyecto de salida del neoliberalismo en un marco de la economía de mercado que hay en gran parte del mundo, incluyendo China. Por lo tanto, es un proceso de convivencia entre lo nuevo, lo que ya está… que dé tranquilidad, que sean cambios con responsabilidad. Desde ese punto de vista, la candidata no propone nada que sea una ruptura radical, porque entendemos que la gente no quiere incertidumbre, pero sí un proceso de superar estos rasgos exportadores primarios del modelo económico.
El comando está integrado por la Izquierda Cristiana, que tiene un pensamiento vinculado históricamente a la teoría de la liberación; no tiene una raíz filosófica marxista a priori. Está también Acción Humanista, que viene de una corriente del humanismo laico, que no es marxista. Por lo tanto, nuestro programa es mucho más amplio que solo la mirada nuestra hoy. Además, ahora que Jeannette Jara es candidata del oficialismo, que se va a ampliar más.
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