Enerlink y la era de la inteligencia energética

Mientras cursaba un posgrado en el MIT (EE.UU.), Sebastián Luque conoció a otro chileno: Alberto Cárdenas, y ambos, junto con José Ignacio Dussaillant, quien era amigo de Luque desde la infancia, comenzaron a intercambiar ideas sobre lo importante que era la transición desde las energías contaminantes a las tecnologías limpias.

Fue en ese período cuando apareció la idea y la oportunidad. “Estaban pasando muchas cosas en el mercado eléctrico, pero siempre a nivel de generación. Sin embargo, si te ibas para el lado de los clientes, que son los que demandan la energía, estaban completamente desatendidos. Y no hablo solo de los hogares, sino de grandes consumidores. Tanto los regulados como los clientes libres (quienes realizan contratos directos con las empresas eléctricas)”, explica Luque, y continúa: “Ninguno entendía cómo se gastaban millones de pesos en electricidad al año, ni menos cómo ser más eficiente. No tenían datos”.

Justo en 2017 cambió la regulación eléctrica, lo que permitió que muchos clientes regulados se cambiaran a libres. El caldo de cultivo perfecto para que los tres ingenieros, un año más tarde, se lanzaran con su emprendimiento: Enerlink. Y ese fue el primer modelo de negocios de esta startup. Juntaban varias empresas y negociaban un “paquete” de clientes libres con el sector eléctrico, llevándose un porcentaje del ahorro que lograban con dicha gestión. “Éramos intermediarios, pero como los contratos eran a largo plazo, nos permitía generar ingresos recurrentes y una relación duradera”, cuenta Sebastián Luque, actual CEO de Enerlink.

En un año ya tenían cerca de 80 clientes. En dos, más de 100. Pero hasta ese momento eran una empresa de asesorías, no de tecnología. “Comenzamos a identificar varios dolores de las empresas y, finalmente, decidimos virar hacia dos tipos de servicios: soluciones de medición inteligente de energía y, soluciones para electromovilidad. Ese era el futuro”, señala Luque.

Para llegar a esos dos modelos se basaron en sus clientes. Uno de ellos era Ventisquero, una empresa de bodegas industriales, que tenía cerca de 40.000m2 disponibles. Los socios de Enerlink le comentaron a su dueño que perfectamente podía comprar la energía como cliente libre y luego revendérselas a sus arrendatarios a un precio de cliente regulado. Un negocio de compra/venta energía. Dicho y hecho. “Le instalamos medidores inteligentes en las bodegas y conectamos la información a la nube (cloud computing), con un software que toma la información igual como si fuera una empresa distribuidora de energía, los tarifica y envía los datos de cobro a un portal donde los clientes pueden revisar sus consumos y pagar”, explica el ingeniero.

Hoy, ese negocio ha crecido mucho, enfocándose en el sector de multifamily en edificios de oficinas, bodegas, centros comerciales y strip centers, entre otros. “Nos permitió además desarrollar un sistema de medición inteligente por el cual cualquier empresa puede medir su consumo, por ejemplo, dentro de una planta industrial, y tomar acciones para ser eficientes”, agrega.

La otra área de negocios, de electromovilidad, también surgió de la práctica. Tenían como cliente a Turbus y habían implementado un sistema para medir el consumo eléctrico en el terminal que esta empresa tiene en la comuna de Estación Central (Av. Alameda). De un día para otro, saltó una alerta. El consumo del recinto presentaba peaks inusuales, que hicieron aumentar en 50% el consumo mensual de un momento a otro. Luego de preguntarles, supieron que Turbus había comprado un bus eléctrico e instalaron un cargador rápido que disparaba el consumo. Acto seguido, en Enerlink desarrollaron un software que optimiza la carga, además de ciertos protocolos que, si la empresa seguía, bajaría su consumo, entrando además al mundo de la electromovilidad.

Solo por ese software se ganaron dos fondos de Corfo el 2019 y hoy está operando en varios “electroterminales”, incluyendo grandes flotas del sistema de transporte de Santiago, como las de Redbus y Subus. “De hecho, acabamos de abrir oficinas en Perú para también abarcar ese segmento en el país vecino”, señala Duque, mientras muestra una plataforma en línea donde se visualiza una serie de buses de una flota eléctrica, con datos de sus baterías, horas de carga, nivel de potencia y varios etcéteras que son clave para entender y ahorrar costos de los buses eléctricos. “Es clave la gestión en los terminales de carga y hay muchas formas de optimizar el proceso para que las baterías duren más y gasten menos”, asegura. Es lo que él denomina como “inteligencia energética”.

Su modelo de negocios, para ambas líneas, consiste en tener un sistema SaaS (software as a Service), cobrando una licencia por su uso. Incluso, en las flotas, cobran por cantidad de vehículos conectados a la plataforma. Por el momento trabajan solo con clientes empresas (B2B), pero ya están pensando en, también, ofrecer servicios a hogares y personas (B2C), un mercado “absolutamente desatendido en Chile”, según Luque.

Además de los proyectos en Perú, en septiembre de 2022 abrieron oficinas en Colombia y ya están con dos pilotos en ese país. Han levantado cerca de US$1 millón en rondas de inversión semillas, además de unos US$250 mil de fondos Corfo. Uno de los inversionistas que lideró las rondas fue VX Ventures, un capital de riesgo perteneciente a Vista O&G, una compañía petrolera argentina que, justamente, “está buscando invertir en proyectos de transición energética de América Latina, para entrar en lo que viene después del petróleo”, dice Luque. De hecho, esperan cerrar otro millón de dólares más en inversión ahora, entre febrero y marzo. Y para este año, también proyectan desembarcar en México.