La nueva Enap: con utilidades y apostando al gas, hidrógeno verde y la energía solar

Andrés Roccatagliata

El gerente general de la compañía, Andrés Roccatagliata, adelanta que las pérdidas quedaron atrás y este año ganarán US$100 millones. La compañía estatal pretende desarrollar el mayor parque solar en la Región Metropolitana.


Estaba habituada a los números rojos en los últimos años. Enap debía pagar solo en intereses $500 millones diarios. Esa foto de hace algunos años quedó atrás. En el primer semestre la empresa estatal ganó US$60 millones y pagó impuestos de US$27 millones (antes le devolvían). El gerente de la compañía, Andrés Roccatagliata, un conocido ejecutivo con pasos en la banca y en el retail, cuenta cómo dieron vuelta los números y cómo se proyecta esta nueva Enap: “Nosotros si bien somos la Empresa Nacional del Petróleo, nos sentimos una empresa relacionada a la energía más que solo a los hidrocarburos”.

En 2018 perdieron US$230 millones y en 2020 quedaron con saldo negativo de US$90 millones. Este año ya van con US$60 millones de ganancias. ¿Cómo dieron vuelta los números?

Donde tuvimos un acierto es que cuando recién entramos les dijimos a todos los empleados la situación clara. Estábamos en una situación muy delicada, con endeudamiento con un peak de deuda de US$5.200 millones, que nos significó pagar intereses de $500 millones diarios. Con un ritmo de inversiones y asesorías bastante descolocado a la realidad de la empresa.

Hicimos un plan estratégico a cinco años, que buscaba estabilizar este barco: redujimos los gastos en US$200 millones, bajamos la deuda en US$700 millones y en las inversiones las bajamos en US$450 millones, hemos sido muy selectivos y donde hemos podido, porque dar los pasos más largos que la pierna es complicado, y eso era habitual en Enap. La deuda estaba creciendo en US$500 millones anuales.

También una disminución de la dotación, que no es algo para sentirse orgulloso, pero la tuvimos que hacer. En total hubo una disminución de 800 personas con todo tipo de contratos.

¿Eso fue por el lado de los gastos y de los ingresos?

Tratamos de ver cómo hacer mejor lo que hemos hecho toda la vida. Incorporamos tecnología digital que nos ha permitido mejorar la compra de los crudos. Estamos importando de más países y estamos refinando mejor.

Le incorporamos estado de resultados casi a todo. La unidad de negocios que antes se medían de forma agregada ahora lo hicieron de manera individual. Ahora nos permite ver con mucho optimismo hacia delante.

¿Cómo cerrarán el año?

Seguramente con utilidades sobre los US$100 millones.

¿El segundo semestre se normalizará la demanda a niveles prepandemia?

La demanda por gasolina cayó 40% en la pandemia y el diésel, 30% en su peor momento. Ahora estamos cerca del 7% por debajo de los niveles prepandemia. Si las condiciones sanitarias siguen así, la demanda del segundo semestre debería parecerse mucho a la del segundo semestre de 2019. Esto para los resultados de Enap es muy sano. Así, para el próximo año lograr una utilidad de US$150 millones.

¿Qué tan sostenibles son estos números azules?

Es sostenible, porque no depende de un hecho puntual. Debería mantener las utilidades sobre US$100 millones en adelante y no debería ser raro acercarse a unos US$200 millones.

Hablando de sostenibilidad, esta semana se conocieron cifras lapidarias en materia ambiental a nivel mundial. ¿En qué está Enap pensando que es una industria eminentemente contaminante?

Hemos presentado a Dipres, Hacienda y Energía, que son nuestros accionistas, un plan de inversiones que al 2025 de US$2.000 millones, que dan cuenta de no hacer más refinerías, porque el mundo ya no aguanta más. Tenemos una serie de inversiones de continuidad operacional, de mantención, de cumplimientos ambientales que son muy relevantes de cumplir. Asociados a Quintero, Concón, Biobío y Magallanes que involucran inversiones para los próximos tres años del orden de US$390 millones. Y estas dicen directa relación con bajar las emisiones, el material particulado, de ser más amigable con el medioambiente. Somos muy consciente y oyentes de lo que le está pasando al país. En estos últimos meses han ocurrido cosas que todos han podido entender, lo que significa un proceso de calentamiento global y las fuentes contaminantes. Todas las empresas debemos ser más conscientes y mirar hacia ello. En el caso nuestro, vamos a tener que convivir con dos realidades: hacia futuro el Enap debería satisfacer la demanda que todavía pensamos que será creciente en hidrocarburos, pero en paralelo ir construyendo las bases para energías renovables que son las en que todos debemos estar y por qué no un esfuerzo público-privado.

Si bien es un hidrocarburo, el gas debería ser la energía de transición hacia las renovables. Como ejemplo, Chile tiene un parque automotor de 6 millones de autos, la conversión hacia la electromovilidad vendrá con el recambio y es muy difícil pedirle a la gente que se pase a un auto eléctrico, porque además de dificultades técnicas en cuanto a la autonomía, es una inversión grande. Hay mucho funcionamiento que es con hidrocarburo, y que lo que hace el gobierno de buena manera es sacar las centrales que funcionan a carbón. Nosotros también estamos evaluando, tenemos una cogeneradora que está en Biobío, que funciona con coque y estamos haciendo las evaluaciones de modo tal de convertirla en gas.

¿La apuesta es el gas, y también energía eólica en el sur?

Pensamos firmemente que es una energía de transición. Este año partimos un nuevo piloto con un camión a GNL. Las primeras pruebas constatan que contamina menos y económicamente es rentable.

Pero no solo gas. Hemos hecho un parque eólico en Magallanes que permite abastecer el 15% de la energía de la ciudad. También queremos hacer una planta fotovoltaica en la Región Metropolitana. Estamos conversando con una municipalidad. Si todo sale bien, estaríamos inaugurando el parque fotovoltaico más grande de la RM, de unos 24 MW.

¿De las inversiones, cómo se distribuyen en estas nuevas áreas?

Hay unos US$1.000 millones a refinería y comercialización para hacer más amigable las inversiones, en ruido, material particulado, etc. Son US$800 millones a nuestra línea de exploración y producción, lo que incorpora disponibilizar toda nuestra infraestructura para el hidrógeno verde.

En lo personal y como empresa estamos muy convencidos de que el hidrógeno verde será una realidad y tenemos ventajas como país. Hemos puesto a disposición de todas aquellas empresas que quieran emprender todos los activos que tenemos. Tenemos infraestructura portuaria, poliductos, laboratorios, transporte, tenemos todo para acelerar los proyectos. Es algo en lo que estamos sumamente embarcados.

Si bien somos la Empresa Nacional del Petróleo, nosotros nos sentimos una empresa relacionada a la energía más que solo a los hidrocarburos, por lo tanto las inversiones van en ese sentido.

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