¿Quiénes tributan en Chile?: Porcentaje de los contribuyentes que paga impuestos aumentó desde 16% a 25% en 16 años

12 Abril 2016 Fachada de las Oficinas del Servicio de Impuestos Internos de calle Suecia. Foto Andres Perez.

En 2005, más de 1,1 millón de personas pagaba el impuesto de segunda categoría, que grava sueldos y salarios. En 2020 la cifra subió a 2,5 millones, para un universo de 10,2 millones de contribuyentes. La gran mayoría está en el tramo que paga un 4% y solo 67 mil personas se ubican en la tasa máxima de 40%. Las rentas de hasta $ 786 mil hoy están exentas del pago. Expertos debaten cómo y cuándo aumentar la base tributaria.


El Ministerio de Hacienda está afinando los detalles de la reforma tributaria que se ingresará el próximo viernes 1 de julio, día en que se conocerán los detalles de una de las propuestas más importantes del gobierno de Gabriel Boric. Si bien en ese momento estará el desglose completo de lo que se pretende reformar, ya se han planteado algunas certezas y claridades: en lo primero se ha dicho que habrá un especial énfasis en el impuesto a las personas, especialmente de mayores ingresos. Y en lo segundo, el gobierno cerró la puerta a que en esta reforma tributaria se amplíe la base de impuestos a las personas. El principal argumento que se ha dado es que, para hacerlo, las personas tienen que primero percibir una retribución de parte del Estado.

En una reciente entrevista con Pulso, la subsecretaria de Hacienda, Claudia Sanhueza, dijo que la base tributaria ha ido aumentando en el tiempo, y que eso lo iban a demostrar en la discusión en el Congreso. El denominado impuesto único de segunda categoría se paga por los sueldos, salarios y pensiones por aquellas personas que perciben rentas por una actividad laboral ejercida en forma dependiente y cuyo monto excede mensualmente las 13,5 UTM, que hoy se ubica en $ 786.348.

Según los últimos registros del Servicio de Impuestos Internos, al cierre de 2020 quienes estaban exentos del pago de impuestos personales representan el 75% del total de los contribuyentes. En 2005 eran el 84%.

Al revés, en 16 años las personas que pagan impuestos subieron de 16% a 25% del total de contribuyentes. Uno de cada cuatro trabajadores. Si en 2005 un total de 1.117.459 personas estaban afectas al gravamen, de un total de poco más de 7 millones; en 2020 llegaron subió a 2.529.205, de un universo de 10,2 millones de personas. De ese total, 1.7 millones de contribuyentes están en el primer tramo con una tasa de 4%, con una renta anual de casi $ 12 millones.

En el otro extremo, quienes pagan la tasa marginal más alta de impuestos, que hoy es 40%, tienen una renta anual promedio de $132 millones. En ese tramo sólo hay 67.464 personas. Hace 16 años eran 24.668 contribuyentes.

El exdirector del SII, Michel Jorratt, de Jorratt y Asociados, sostiene que el factor principal que explica esta evolución “es el aumento de los ingresos reales de la población. Por ejemplo, las estadísticas del INE en materia de remuneraciones muestran un incremento real acumulado de aproximadamente 20% en los 10 últimos años. Ello provoca que muchos contribuyentes hayan sobrepasado el límite exento del impuesto global complementario”.

Pero no sólo ha sido el crecimiento de los ingresos de las personas, sino que también algunos cambios legales que se han sucedido en los últimos años. “Las estadísticas del SII se refieren a tramos de renta líquida imponible, por lo tanto, también inciden los cambios legales que eliminan o reducen beneficios tributarios. Por ejemplo, con la reforma de 2014 se introdujo el régimen de renta atribuida, que significó que muchos socios de empresas que no declaraban retiros empezaran a declarar su participación en las utilidades, es decir, sus rentas efectivas. Otros ejemplos son las restricciones a los regímenes de rentas presuntas o la eliminación de regímenes de baja tributación como el del artículo 14 bis”, explica Jorratt.

José María Diez, socio de Recabarren & Asociados, coincide en que el cambio se debe a los mayores ingresos de las personas. “Es importante señalar que siempre habrá aumento significativo de la recaudación cuando exista mayor crecimiento económico, como ocurrió entre 2006 y 2020. Al aumentar los ingresos de las personas, y considerando solamente los impuestos personales que se incorporan en los tramos gravados del impuesto de segunda categoría, aumenta la recaudación”.

Las cifras, además, muestran que la proporción de inmigrantes exentos ha ido aumentando. Si en 2010 el 74% de los extranjeros estaba exento, en 2020 subió al 84,5%. En cambio, la trayectoria para los nacionales es a la inversa: si en 2010 era el 80,8% exento, hoy ese porcentaje se redujo a 74,6%.

Al analizar el comportamiento de la participación de hombres y mujeres en el tramo exento, los datos reflejan que la trayectoria de las mujeres ha ido a la baja. ¿Qué lo explica? Primero, la mayor inserción en el mercado laboral y los mayores ingresos que han ido recibiendo. Así, si en 2010 era 84,5%, en 2020 se redujo a 79,4%. Para los hombres, en tanto, el recorrido ha sido descendente: si en 2010 eran 77,7%, en 2020 el porcentaje exento es de 72%.

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Ampliar la base tributaria

Aunque Hacienda ha descartado ampliar la base tributaria en la reforma que se inicia, el tema seguramente estará presente en el debate legislativo. Para los expertos no hay una sola mirada.

Para Jorratt, si bien es cierto que “nuestro tramo exento es muy amplio y que las tasas intermedias son relativamente bajas, no es bueno mirar el impuesto personal a la renta de manera aislada, sino que hay que pensar el sistema tributario en su conjunto”. En su análisis menciona que “nuestro sistema tributario recauda poco y no es progresivo, y por ello, si eliminamos el tramo exento, habría un efecto importante en mayor recaudación, pero volvería más regresivo el sistema”. Para el experto, lo primero que se debe hacer es “preocuparse de que los que más ganan paguen lo que corresponde, terminando con las exenciones y tasas reducidas para ganancias de capital, y reducir la evasión y elusión en general, pero particularmente en los sectores de altos ingresos”.

Para el exSII, se debe analizar también el impacto de las cotizaciones a la seguridad social. “Actualmente, cerca del 20% de las remuneraciones brutas más bajas se destinan a cotizaciones. Hay que ver cómo cambia eso con las futuras reformas al sistema de seguridad social y qué tan razonable sería incrementar además el impuesto a la renta. En Nueva Zelanda, por ejemplo, todos parten pagando un 10,5% de impuesto a la renta. Pero eso financia la seguridad social y no hay, además, cotizaciones sociales obligatorias”, puntualiza.

Hugo Hurtado, socio de Tax & Legal de Deloitte, sostiene que “si se quiere recaudar se tiene que comenzar a subir los impuestos desde el segundo tramo. Nosotros en los diálogos ciudadanos hicimos una propuesta que consistía en que, subiendo los impuestos desde el segundo tramo, se lograba recaudar 0,8 punto del PIB. En cambio, si sólo se sube el impuesto a los tramos altos, la recaudación no es mucha, es del orden de 0,1% a 0,2% del PIB”. Para Hurtado, no se debería ampliar la base mientras el país ni los ingresos de las personas crezcan.

Otra propuesta tiene el socio de Puente Sur, Ignacio Gepp, quien plantea que “si se quiere un Estado más robusto, se deben eliminar los incontables tramos de impuestos personales que tenemos hoy, bajando a tres, como ocurre en países como Australia o Irlanda. Eso supondría un tramo exento más amplio que el de hoy, pero un primer tramo afecto a impuestos más alto, por ejemplo 20%, y un tramo final de, por ejemplo, 35%”. Hoy la tabla para el cálculo de los impuestos a la segunda categoría incluye siete tramos, que tienen tasas marginales desde el 4% al 40%.

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