Vapores sale a flote

Grupo Luksic sigue aumentando sus ganancias ante favorable desempeño de la naviera Vapores
VALPARAISO - CHILE - RODRIGO CISTERNA

La Compañía Sudamericana de Vapores comenzará a repartir dividendos por primera vez luego de más de una década. Los mensajes que se entregaron en la junta extraordinaria de accionistas de mayo pasado y la absorción de las pérdidas acumuladas tienen expectante al mercado, lo que ya se ha sentido en la acción de CSAV: en lo que va del año ha rentado casi un 13%.


Un buen 2021 tendrá Vapores. Este año la firma que lidera el grupo Luksic repartirá dividendos por primera vez después de una década, lo que unido a las mejores proyecciones que ve para este año el CEO de Hapag-Lloyd, Rolf Habben Jansen, para el mercado de los containers y el mejor comportamiento que ha tenido la acción de la Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV), hacen que el mercado tenga hoy los ojos puestos en la firma. Un elemento relevante a analizar es el avance que ha tenido el descuento de holding, es decir el valor de la acción de Hapag respecto de uno de sus accionistas principales, Vapores. Esa relación ha caído desde el 80% a un 50% en las últimas semanas. Hoy los papeles de CSAV acumulan un alza del 12,66% en el año, luego de haber sido una de las pocas que terminó en azul en 2020 con un retorno del 11,71%.

“Cuando el mercado comenzó a internalizar que luego de haber absorbido las pérdidas acumuladas en la misma junta extraordinaria de accionistas en que anunció el aumento de capital (mayo), y que este año por fin reportaría utilidades, el castigo que le aplicaba el mercado comenzó a disminuir y la acción comenzó a subir en forma sostenida”, afirma Guillermo Araya, de Renta4.

Los Luksic entraron a Vapores el año 2011. En ese ejercicio, la naviera que estaba en manos del grupo Claro, cerró el año con pérdidas históricas para una empresa chilena: US$1.250 millones. Luego, en 2012, la familia tuvo que tomar el control de la firma para evitar su quiebra.

El buen desempeño que ha logrado la empresa en los últimos trimestres no ha sido gratis. Desde 2011 se han realizado seis aumentos de capital. Estas operaciones suman poco más de US$ 3.100 millones. El último fue el anunciado el año pasado, por US$350 millones. En los cinco previos, la familia Luksic han dispuesto recursos. En 2011, cuando entraron a la propiedad ya pusieron US$ 240 millones, a los que deben sumarse cinco compras de paquetes accionarios de la última década, que, incluidas las de 2011, arrojan otros US$ 259 millones. La última compra ocurrió en septiembre de 2019, cuando desembolsaron US$ 71,3 millones por el 5,28% de Vapores, tras la cual alcanzó el 61,45% de la propiedad de CSAV.

Todos los caminos llevan a Hapag

Hapag (HLAG) es responsable de un poco más del 95% de los ingresos de Vapores. La firma alemana ha tenido un buen desempeño, beneficios que se traspasan a CSAV. En 2019, la acción de Hapag-Lloyd se disparó un 241,5%, y en 2020 un 20,1%. En lo que va de este 2021, los papeles de la compañía acumulan un alza del 12,8%. Según el mercado, parte del alza en la acción de la empresa alemana se debe a la guerra desatada entre Vapores y Kühne Maritime por alcanzar el 30% de la propiedad de Hapag, cifra a la que ya llegó la chilena. De hecho, el último aumento de capital en Vapores fue para pagar los US$ 330 millones que desembolsó en las últimas compras de acciones. “Cuando los Luksic lograron tener el 25% de Hapag, el año 2017, la familia ya pensaba en llegar al 30%. Los incrementos de participación los han hecho de manera hábil, porque lo han hecho de a poco y sin aumentar el precio de la acción. Ha sido un incremento de participación bastante sutil”, indica un conocedor de la historia interna de Vapores.

Con el 30%, añade la fuente, los Luksic aseguraron el control, “porque existía un pacto de accionistas entre Kühne Maritime y la ciudad de Hamburgo, el que tenía una vigencia de 10 años”, recuerda la fuente.

Guillermo Araya también destaca el poder que tiene ahora el grupo en Hapag. “La decisión de alcanzar un 30% ante las expectativas de una consolidación en la industria naviera y que los resultados futuros de HLAG serían positivos, también ha sido una muy buena lectura de la evolución de la compañía. Alcanzar el 30% de participación permitió a CSAV, según la ley alemana, lograr nuevamente la condición de controlador directo en Hapag-Lloyd. Al ya mantener CSAV la condición de controlador indirecto a través del pacto de accionistas con Kühne Maritime y la ciudad de Hamburgo, no se generó la obligación de hacer una oferta pública por el total de las acciones emitidas al alcanzar el 30% de participación”, explica.

Trabajo de joyería

Para un exdirector de la firma, el grupo Luksic ha hecho un trabajo “de joyería”. “El grupo ha metido mucha plata y tuvieron muchos años de pérdidas. Entraron cuando el mercado estaba a la baja y además en Vapores había una sobreinversión relevante en flota. En la era de Claro, en la CSAV hubo problemas de gestión, con decisiones de negocios que no fueron muy asertivas, pero con los Luksic la empresa ha ido mejorando progresivamente. Han hecho un buen trabajo y de verdad que ha sido sorprendente el resultado. Eso es destacable”, indica.

Añade que una de las buenas decisiones de la firma gerenciada por Óscar Hasbún fue la tomada a fines de 2014, cuando se fusionaron con la naviera Hapag-Lloyd y también los benefició la operación que la alemana realizó en 2017, cuando se fusionó con la naviera de capitales árabes UASC. “Lo de Hapag fue un buen negocio. Hoy es lo único que tienen. Es una megaempresa, la quinta mayor naviera del mundo. Además, el grupo influyó bastante en las mejoras administrativas de Hapag, mejoraron los costos y presionaron a las distintas áreas de gestión. Todo eso generó que la alemana tuviera utilidades en 2018, pero no se distribuyeron dividendos porque la deuda era muy grande y este año mejoraron el performance”, dice. Agrega que el trabajo que los Luksic realizaron al interior de Hapag fue importante. Confidencia un exdirector de la compañía que ayudaron en la reestructuración y empujaron un plan de negocios para mejorar la gestión de Hapag. “Fue la gran apuesta que hicieron y hoy ya les comenzará a rentar”, sostiene.

“Desde hace bastante tiempo que la naviera alemana viene haciendo bien las cosas, de hecho, la fusión entre CSAV con Hapag-Lloyd y posteriormente la absorción de United Arabian Shipping Company (UASC), ya fue una operación exitosa que generaría sinergias por hasta US$ 400 millones anuales. El punto es que, en 2017 hubo un asunto contable por normas IFRS que implicó un reconocimiento de una pérdida de US$ 139,5 millones, que el mercado no supo entender, pero que era una pérdida contable y no flujo de caja”, recuerda Guillermo Araya.

Otra fuente cercana al grupo resalta la labor de Óscar Hasbún, ingeniero comercial de la Universidad Católica, que hasta el 2011 manejaba los negocios de la familia en Croacia. Dentro de sus decisiones destaca la gestión de los otros negocios de Vapores, como la venta, en 2017, del 100% de su negocio logístico y de freight forwarder, y posteriormente el negocio de car carrier. “Todos esos negocios no eran rentables”, destaca la fuente.

Futuro prometedor

Los próximos años deberían ser positivos para esta industria. En noviembre pasado, el CEO de Hapag-Lloyd, Rolf Habben Jansen, apuntó a que este 2021 habrá un crecimiento del mercado global de casi el 6%. Las expectativas cayeron bien en el mercado, dado que el repunte se dará, indicó en la oportunidad Jansen, en un momento en que la flota mundial se mantendrá casi en su nivel actual. Lo que significa un suministro de buques relativamente estable en un futuro próximo, que beneficiará a todas las líneas de transporte de contenedores.

Además, detalla Guillermo Araya, la tasa de crecimiento de compra de naves nuevas ha sido menor que la tasa de dar de baja los barcos. “Además, el proceso de consolidación ha implicado que, al haber menos actores, no se entra en guerra de precios para los fletes como fue en algún momento en que al haber muchos actores, estos trataban de sobrevivir a costa de bajar los márgenes, incluso más allá de lo rentable”, dice.

Por su parte, las tarifas de flete han estado creciendo desde junio de 2020, acelerándose en agosto a medida que la demanda mejoró con el desconfinamiento global y alcanzando niveles récord en octubre, a pesar de una disminución inicial en las tarifas al contado al comienzo de la pandemia, indican en el mercado.

En un informe de octubre, JP Morgan reiteró su recomendación para Hapag Llyod. “Estamos en OW (sobreponderar) en Hapag-Lloyd. Somos positivos por similares razones de por qué estamos en Maersk. En particular, observamos una mejora considerable en el contexto de la industria”, indicó el reporte.

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