“Hoy estamos anunciando los pasos iniciales para reiniciar y dar un vuelco a nuestro negocio”. Así, el director ejecutivo de McDonald’s, Steve Easterbrook, anunciaba ayer una reestructuración de las operaciones de la compañía a nivel mundial, en un intento por dar vuelta los decepcionantes resultados que ha presentado la compañía en los últimos trimestres.

Bajo esta nueva estructura, el CEO anunció que a partir del 1 de julio, operará con cuatro grandes segmentos de mercado: EEUU (que representa el 40% de los resultados de la empresa), mercados internacionales líderes (mercados establecidos que operan dentro de dinámicas similares y que en conjunto representan 40% de las ganancias de la empresa), mercados de alto crecimiento y mercados fundacionales.

Las ventas de McDonald’s han caído en los últimos años, a medida que los consumidores en Estados Unidos optan por alimentos más saludables. Las ganancias de la compañía cayeron 32,6% en el primer trimestre, hasta US$811 millones, en comparación con el mismo período del año anterior.

Ante esto, el director ejecutivo, que asumió el mando de la compañía el 1 de marzo, aseguró que la nueva estructura ayudará a reducir US$300 millones en costos administrativos y generales.

Easterbrook dijo que la empresa venderá 3.500 restaurantes a franquicias hasta 2018, aumentando el nivel de propiedad global de las franquicias de 81% a 90%.

Sin embargo, el plan decepcionó a los inversionistas, que esperaban medidas más radicales. “El mercado esperaba más”, dijo a Bloomberg Asit Sharma, analista de Motley Fool. “Easterbrook planteó la expectativa de que presentaría una innovadora solución a los problemas de McDonald’s”, agregó.

Con esto, las acciones de la compañía cerraron la jornada con una caída de 1,7%, en US$96,13, y la agencia de clasificación Standard & Poor’s le recortó el rating crediticio desde A hasta A-, todavía cuatro notas por encima de bono basura.