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OEA: nuevo secretario general, viejos desafíos

Tal como se esperaba, los países de la Organización de Estados Americanos (OEA) eligieron ayer al ex ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay Luis Almagro como nuevo secretario general. El único candidato al cargo deberá suceder a José Miguel Insulza, que termina su mandato el próximo 25 de mayo tras cumplir dos períodos de cinco años en el puesto. Almagro tendrá el desafío de recuperar la relevancia de la OEA ante el surgimiento de otros foros políticos regionales como hoy son la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Además, deberá recuperar la legitimidad del organismo ante las duras críticas que enfrentó Insulza por su no intervención en el grave conflicto político y social que vive Venezuela ya por varios años. Así, la principal apuesta de Almagro debe ser darle el carácter y la institucionalidad que requiere el organismo regional más antiguo del mundo y que, lamentablemente, ha estado marcado los últimos años por la indiferencia y la falta de sintonía con la política contingente de la región. Solo si la OEA revive en términos diplomáticos se sigue justificando su existencia y se evita que se propaguen nuevos referentes regionales con menor representatividad hemisférica, pero con un discurso que puede llegar a tener mucho eco.

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