Portugal y su balance positivo a tres años del rescate
Irlanda, España y ahora Portugal. La eurozona cierra otro capítulo de su crisis con la salida de Lisboa del programa de rescate por 78.000 millones de euros (US$108.000 millones) que recibió hace tres años de parte de prestamistas internacionales. Según el gobierno éste no incluirá una línea de crédito, lo que ha sido visto como una señal de confianza, enviando el rendimiento de los bonos a 10 años a 3,57%, su menor nivel desde que partió la crisis.
El 17 de mayo, Portugal se convertirá en el tercer país en dejar su programa de rescate después de que Irlanda lo hiciera en diciembre, seguido por España en enero, cuando salió del programa de ayuda que recibió para su sector financiero. Eso deja a Chipre y Grecia en la lista de los que aún siguen en programas de rescates, cuatro años después de que el gobierno griego recibiera asistencia externa en mayo de 2010, cuando se desencadenó la peor parte de la crisis.
OPTIMISMO Y CAUTELA
El primer ministro, Pedro Passos Coelho, dijo que la decisión del gobierno era "la correcta en el momento correcto", explicando que habían optado por salir sin ayuda financiera gracias a que la estrategia de volver a los mercados había sido exitosa, lo que se sumaba a la consolidación presupuestaria y la recuperación de su credibilidad. "Tenemos reservas financieras por un año, lo que nos protege de perturbaciones externas", señaló.
Por su parte, el ministro de Hacienda de Alemania, Wolfgang Schaeuble, dijo que “siempre hemos creído que Portugal sería capaz de lograrlo y ahora parece hacerlo”, agregando que después de los ejemplos de Irlanda y España, Portugal está en el camino correcto y debe ser elogiado por los logros de los años pasados. Asimismo, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, indicó que aunque Portugal enfrenta desafíos, está en una posición fuerte para terminar de consolidar sus finanzas públicas y profundizar sus reformas estructurales.
Los analistas concuerdan en que los riesgos no han desaparecido y la Comisión Europea subrayó esa fragilidad en su recorte a los pronósticos de crecimiento económico de la eurozona, prediciendo que la baja inflación seguirá siendo una amenaza para la economía con un bloque que crecería 1,7% en 2015 y no 1,8% como se preveía.
El país, con una deuda bruta de 214.000 millones de euros, seguirá bajo escrutinio incluso sin un programa de asistencia, por lo que tiene que recortar su gasto durante el año para cumplir la meta de déficit presupuestario de 4% del PIB.
Coelho espera que el déficit caiga bajo el límite de 3% de la Unión Europea en 2015, cuando proyecta que sea de 2,5% y anunció medidas de ajuste para ese año por un monto de 1.400 millones de euros para cumplir con lo pactado con la denominada troika del Banco Central Europeo, el FMI y la Comisión Europea.
“La pregunta es si el país conseguirá un crecimiento económico lo suficientemente grande y sostenido para responder a los desafíos de su alta deuda y desempleo”, dijo Eurasia Group en un análisis.
CALIFICACIÓN DE CRÉDITO
Mañana las principales agencias de calificación revisarán el rating crediticio de Portugal. De acuerdo a RBS y Commerzbank, Moody's podría subir un peldaño, de Ba3, a Ba2, mientras que Standard & Poor's podría elevar su perspectiva a positiva, siguiendo un movimiento similar hecho por Fitch el mes pasado.
Fitch, de hecho, ayer publicó un informe, diciendo que valora las medidas de disciplina fiscal presentadas por el gobierno de Portugal de cara a 2015, recordando que este tipo de políticas deberán continuar más allá del fin del programa de asistencia financiera.
En el informe de Fitch, titulado “La salida ‘limpia’ de Portugal no supone el punto final a los ajustes”, la agencia destacó que las garantías aportadas por el gobierno portugués para continuar con su agenda de reformas “son un factor esencial” en su criterio a la hora de decidir la calificación de Portugal.
El rating de Fitch para Portugal se mantiene en “BB+”, es decir, lo que califica como “bono basura”, pero podría mejorar “en caso de seguir por el buen camino durante su regreso a los mercados” de deuda a largo plazo, señaló la agencia, que resaltó la necesidad de que el país siga reduciendo a mediano y largo plazo sus elevados niveles de deuda, hoy por sobre 130% del PIB.
Irlanda, que ya no tiene rating de “bono basura”, entró a su rescate por 67.500 millones de euros en noviembre de 2010, seis meses antes de que Portugal recibiera su paquete. España solicitó 100.000 millones de euros en junio de 2012 y Chipre ingresó a su programa de ayuda financiera en marzo de 2013.
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